Hospitales psiquiátricos penitenciarios¶
Ochenta “hospitales psiquiátricos penitenciarios, HPP” (Maßregelvollzug) acogen a personas que han cometido un delito y que requieren tratamiento obligatorio; el número de plazas disponibles varía según el Land. Estos establecimientos pueden integrarse dentro de un complejo hospitalario, como por ejemplo en Dortmund o Rostock, y caen bajo la responsabilidad del Ministerio regional de Salud. En el Land de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, la seguridad de los HPP sigue dependiendo del Ministerio de Justicia.
Los HPP también pueden recibir a reclusos preventivos. De este modo, el juez puede ordenar un internamiento provisional si lo considera necesario por motivos de seguridad pública. Después del juicio, puede dictar una orden de tratamiento obligatorio en una de estas instalaciones.
Algunos HPP están obligados por contrato a aceptar el ingreso de reclusos en estado de crisis psicótica. Este es el caso en Rostock, Schleswig-Holstein, Saarland y Bremen.
Algunos establecimientos solo acogen a personas sujetas a una orden de tratamiento obligatorio debido a la presencia de un trastorno mental. Otros también atienden a reclusos a los que se les ha impuesto un tratamiento ligado a una adicción. El HPP de Rostock, que antes se especializaba en el tratamiento de adicciones, cuenta hoy con 20 plazas para personas que padecen trastornos mentales.
Legalmente, el objetivo de los HPP es proporcionar a los reclusos la atención necesaria para tratar su problema mental con el fin de reducir el riesgo de reincidencia. Sin embargo, en los últimos años, la seguridad parece convertirse en la prioridad. Incluso algunas investigaciones han constatado que la perspectiva de éxito del tratamiento se toma muy poco en consideración a la hora de dictar una orden de tratamiento obligatorio.
Traslados. El traslado a un HPP puede llegar varios meses después de la decisión de reubicación debido a la falta de plazas. El HPP de Grünstadt raramente acoge a mujeres reclusas por falta de espacio y porque considera que los servicios mixtos son inadecuados.
Duración del internamiento. La duración del internamiento en HPP depende de cada Land. El CPT informó que, en Brandeburgo, la media es de más de nueve años, mientras que en Wasseburg es de tres años.
Revisión de la medida. El equipo del HPP revisa el plan terapéutico y el plan de reinserción de los reclusos cada seis meses. Si el tratamiento tiene éxito, el juez reconsidera la medida de internamiento.
Legalmente, el tribunal de ejecución penal debe examinar la situación de los pacientes en HPP cada tres años. De manera general, se lleva a cabo un peritaje que evalúa la mejoría del estado mental de la persona y se determina el final del internamiento si las causas que justificaron esta medida ya no son concurrentes.
Si existe un riesgo de reincidencia, es posible prorrogar la medida al cabo de seis años. También es posible prolongarla al cabo de diez años si el juez considera que el paciente puede cometer un delito grave.
Es posible apelar la decisión de internamiento a través de un procedimiento similar al que se sigue contra una sentencia a prisión.
Vida cotidiana¶
Las condiciones de hospitalización deben facilitar la vida en comunidad de los reclusos a largo plazo. Las habitaciones de los HPP son individuales o dobles y hay varias zonas comunes.
El equipo médico puede autorizar el paciente a trabajar si lo consideran beneficioso. En este sentido, se ofrece formación profesional y los reclusos pueden realizar prácticas en el exterior. El Land de Renania del Norte-Westfalia establece que las condiciones de vida en HPP deben ser similares a las condiciones de vida en el exterior.
Es posible imponer algunas restricciones a la libertad de los pacientes relacionadas con las visitas, las llamadas o la participación en actividades si se considera que estas son esenciales para prevenir un peligro grave.
Los HPP pueden contratar agentes de seguridad, una práctica que varía según el Land. El personal de vigilancia trabaja exclusivamente fuera del edificio en la mayoría de los establecimientos. En el HPP de Rostock, las ventanas están provistas de barrotes y el edificio no dispone de torre de vigilancia.
El médico puede recurrir a medidas de aislamiento y de inmovilización por medios mecánicos o químicos. En Baviera, Brandeburgo y Berlín, esta medida tiene como objetivo prevenir el riesgo de agresión. El CPT observó que la sujeción mecánica generalmente se lleva a cabo sin la supervisión del personal sanitario.
En Baviera, esta medida requiere la previa aprobación del juez y no puede durar más de 24 horas. En Renania del Norte-Westfalia, el recurso al juez solo es necesario después de 72 horas de inmovilización.
El CPT ha dado cuenta de numerosos actos de abuso en el HPP de Brandeburgo, en el que una persona fue inmovilizada más de 50 veces en un año, esto es 700 horas. Además, ha señalado el uso de esposas al inicio o incluso durante todo el período de contención. Esta práctica contraviene las recomendaciones del CPT, que recomienda la utilización de correas de tela acolchada. El MNP informa que, en la práctica, la inmovilización mecánica puede llegar a superar las 800 horas por año y que los períodos de aislamiento pueden ser de hasta un año.
El CPT señaló que en la mayoría de los Länder se imponen sanciones disciplinarias a los pacientes, a diferencia de lo que ocurre en otros países europeos.
Las sanciones disciplinarias difieren según el Land. En Baviera, se priva a los pacientes de salir a pasear, ver la televisión o escuchar la radio durante una semana. Además, se excluyen de las actividades grupales o laborales por un mes.
El CPT informó que en Sajonia-Anhalt, el régimen de aislamiento se usa como sanción disciplinaria, la cual puede durar hasta cuatro semanas.
Tratamiento¶
Para cada paciente, se establece un plan de tratamiento individual, que puede ser farmacológico o psicoterapéutico, según la patología. El CPT ha constatado que el equipo médico de Wasseburg no recibe en consulta a los internos. En los HPP suelen ofrecerse terapias grupales, deportivas o educativas, así como talleres de “desescalada” o de comunicación no violenta. En Rostock, se programa una terapia individual una vez por semana además de las terapias grupales.
Para las personas con problemas de dependencia, se ofrecen terapias de sustitución. Del mismo modo, se proponen programas específicos para los autores de delitos sexuales.
El HPP de Rostock está desarrollando un programa específico destinado a los que han cometido delitos violentos. El CPT señaló que los pacientes del hospital de Brandeburgo que han cometido agresiones sexuales se someten a un tratamiento antiandrógeno (castración química), y constató la falta de consentimiento escrito de los pacientes, necesario para suministrarles el tratamiento. Muchos pacientes denuncian la presión de los médicos para que acepten este tipo de tratamientos. La castración quirúrgica, legalmente posible para los que han cometido delitos sexuales, no se llevó a cabo entre 2013 y 2015.
Si bien la aplicación de las medidas de tratamiento involuntario difiere según el Land, de manera general, se exige la autorización del juez. En Baviera, el paciente debe aprobar el tratamiento por escrito, excepto en caso de urgencia. Los tratamientos antiandrógenos sin consentimiento deben ser objeto de una orden judicial.
En Renania del Norte-Westfalia, la aplicación de las medidas de tratamiento involuntario se justifica cuando la vida del paciente o de terceros corre peligro. En Mecklembourg-Pomerania Occidental, el juez determina la duración máxima de esta medida, destinada, por lo general, a personas que padecen trastornos psicóticos y representan un riesgo para los demás.
El CPT ha cuestionado los medios por los que se obtiene el consentimiento de los pacientes que deben someterse a un tratamiento antiandrógeno en el centro de Brandeburgo. Algunas personas han afirmado haber sido objeto de amenazas por haberse negado a recibir el tratamiento.
Formación del personal¶
Formación del personal sanitario. El personal sanitario, una vez contratado, sigue una formación enfocada a la atención a personas privadas de libertad (forense). Esta formación incluye cursos sobre tratamientos terapéuticos y trastornos del comportamiento, así como cursos de Derecho.
Varios Länder requieren que, una vez al año, el personal reciba una formación sobre medidas de contención y manejo de crisis psicóticas.
Formación del personal de seguridad. Los hospitales psiquiátricos penitenciarios pueden emplear guardias de seguridad según el Land. En la mayoría de los casos, el personal de seguridad trabaja exclusivamente en el exterior de los edificios.
Continuidad del tratamiento¶
Los pacientes que salen de los HPP están sujetos a un seguimiento sociojudicial. Varios trabajadores sociales se reúnen con el equipo médico para preparar su salida.
En algunos casos, los pacientes pueden ser trasladados a centros de acogida para recibir tratamiento ambulatorio por varios años.
La “clínica forense de terapia ambulatoria” (Forensisch Therapeutischen Ambulanz, FTA) de Berlín acoge a pacientes que se han dado de alta de los HPP, en los que se ha identificado el riesgo de cometer delitos de naturaleza violenta o sexual.
Unidades psiquiátricas de los hospitales penitenciarios¶
Cinco hospitales penitenciarios disponen de una unidad de servicios psiquiátricos (APP). Creadas por iniciativa de los Länder, su objetivo es paliar la falta de atención psicológica en prisión y la capacidad limitada de los hospitales psiquiátricos. Estos servicios psiquiátricos dependen del Ministerio regional de Justicia.
El equipo médico del hospital penitenciario de Grünstadt está contratado por la administración penitenciaria. Estos empleados, enfermeros de profesión, reciben una formación de seis meses como guardias penitenciarios.
Los reclusos integran las APP cuando se considera que estos servicios pueden proporcionarles un tratamiento más adecuado. En la práctica, se trata de personas privadas de libertad que requieren una hospitalización completa a causa de un trastorno mental grave o de un alto riesgo de suicidio. Las APP no aceptan mujeres.
Para ingresar en una APP, se requiere el consentimiento de la persona. En algunos casos, el equipo traslada al recluso a una celda de aislamiento hasta que acepte la medida de hospitalización. El juez no interviene en ningún momento a lo largo de este procedimiento y son los médicos del hospital penitenciario los que deciden sobre el alta del paciente.
El equipo médico de la APP de Grünstadt visita a los reclusos semanalmente para identificar a aquellos que requieren hospitalización.
No existe ningún recurso para impugnar la orden de traslado en APP.
Vida cotidiana¶
La APP de Grünstadt ofrece terapias a los reclusos y les permite pasar momentos en grupo para, por ejemplo, ver la televisión. La terminología médica está muy presente: se habla de “habitaciones”, “pacientes” o, incluso, de “actividades terapéuticas”. Los pacientes solo están desocupados por la mañana.
El traslado a salas de aislamiento está sujeto a las mismas reglas que se emplean en regímenes hospitalarios ordinarios.
Tratamiento¶
El equipo médico de la APP de Grünstadt elabora un plan de tratamiento individual para cada paciente.
Si bien a menudo se administran fuertes tratamientos neurolépticos, también se ofrecen varias terapias de grupo, como la “psicoeducación” para personas con esquizofrenia. Las actividades psicoterapéuticas no suelen completarse debido a la corta duración de los ingresos. En la APP de Berlín, se organizan sesiones de grupo para personas con adicción a sustancias.
En el caso de pacientes que presentan conductas muy agresivas, se pueden aplicar, bajo supervisión judicial, medidas de tratamiento involuntario, incluida la medicación forzada.
Formación del personal¶
Los servicios psiquiátricos de los hospitales penitenciarios emplean exclusivamente personal sanitario. Los enfermeros siguen un curso de seis meses que ofrece la administración penitenciaria. Los profesionales de salud que trabajan en hospitales penitenciarios suelen recibir una formación especializada en atención forense.
Continuidad del tratamiento¶
Las APP se encargan de contactar con las instituciones externas de atención ambulatoria susceptibles de acoger a reclusos tras su puesta en libertad y recomendarles el tratamiento más adecuado en cada caso.