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Arabia Saudí: temor por la salud de defensor de derechos humanos encarcelado y sometido a aislamiento

Crecen los temores por la salud y el bienestar del defensor de derechos humanos encarcelado Mohammed al Qahtani, sometido al régimen de aislamiento desde que dio positivo en la prueba de COVID-19 en la prisión saudí de Al Hair; así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

Mohammad al Qahtani, cofundador de la Asociación Saudí de Derechos Civiles y Políticos (ACPRA) —ya desarticulada, era una de las pocas organizaciones independientes de derechos humanos de Arabia Saudí—, está cumpliendo 10 años de prisión sólo por su activismo pacífico. Su esposa contó a Amnistía Internacional que su familia no ha tenido contacto con él desde que dio positivo en la prueba de COVID-19 hace 10 días.

Al impedir que Mohammed al Qahtani se relacione con su familia, están bloqueando cruelmente su contacto con el mundo exterior en un momento en que comunicarse con sus seres queridos para tranquilizarlos sobre su salud y bienestar es aún más importante”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

Mohammed al Qahtani está siendo castigado injustamente por su activismo pacífico y ni siquiera debería estar en la cárcel. Las autoridades saudíes deben ponerlo en libertad de inmediato y sin condiciones. Y, hasta su liberación, deben asegurarse de que se le permite contactar con su familia sin más demora y recibe asistencia médica adecuada.”

En Arabia Saudí, la población reclusa está especialmente expuesta a contraer la COVID-19 debido al hacinamiento, la mala higiene y la falta de asistencia médica adecuada en varias prisiones del país. No obstante, en la de Al Hair, las autoridades penitenciarias han empezado a reunir información sobre qué reclusos quieren ser vacunados. Amnistía Internacional ha reiterado sus llamamientos a las autoridades saudíes para que descongestionen las cárceles, empezando por poner en libertad inmediata a todas las personas encarceladas sólo por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica.

En abril de 2020, Abdullah al Hamid, otro miembro fundador de ACPRA que había sido detenido junto con Mohammed al Qahtani, murió en la misma prisión al no recibir la asistencia médica que necesitaba. Un médico le había dicho que necesitaba cirugía cardiaca. Según había denunciado también, las autoridades de la prisión le habían dicho que no le permitirían contactar con familiares si les informaba sobre su estado.