Mi nombre es Pablo, me encuentro alojado en la unidad N° 32 de Florencio Varela, de Buenos Aires, Argentina, y trabajo para el INADI, una institución contra la discriminación, la xenofobia y el racismo.
En esta unidad hay dos pabellones para homosexuales y transexuales, quienes en su mayoría están privados de libertad por venta ilegal de estupefacientes.
Tras asistir a una charla que dio un interno alojado en el pabellón de transesales, me di cuenta que las personas homosexuales y transexuales son muy vulnerables, son objeto de burlas, acoso verbal y discriminación.
Así que me dije “¡Basta!”
Todos somos humanos con ganas de vivir nuestra vida de manera diferente, a pesar de estar en las mismas condiciones. Por eso, aproveché la oportunidad de trabajar para el INADI.
Mi trabajo consiste en readaptar a las personas en grupos de charla sobre temas relacionados con la discriminación y brindarles capacitación. En la foto pueden observar una clase de marroquinería que imparto a los internos transgénero; son personas muy hábiles y disfruto mucho enseñándoles. Semanalmente les dicto dos clases de dos horas.
Este trabajo me ha dado la oportunidad de desafiar el obstáculo de su discriminación y luchar con ellos por sus derechos. Quiero que el mundo sepa que es necesario ayudar a estas personas buenas y sanas de alma que forman parte de este mundo, al que lamentablemente le cuesta mucho aceptarlas.
¡Lo mío es la lucha!