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Argentina: cárceles abandonadas
— Publicado el 19 de junio de 2019.
Varias organizaciones de derechos humanos han protestado repetidamente contra las desastrosas condiciones sanitarias de la prisión federal Marco Paz en Argentina. Sin resultado.
El 5 de mayo de 2019, una persona privada de libertad envió fotografías a la sección argentina del Observatorio Internacional de Prisiones, en las que se mostraban las deplorables condiciones de detención en las cárceles de Los Olmos y Marco Paz. Graciela Dubrez, nuestra corresponsal dentro de la organización, nos las comenta.
El prisionero se cubrió la cara con un pañuelo para mantener en secreto su identidad, por temor a represalias. Se encuentra en la enfermería, que está sucia, triste y mal equipada. Lleva varios días esperando tratamiento.
En la enfermería. El colchón está cubierto de excrementos, las paredes están manchadas y hay suciedad por todas partes. El olor nauseabundo es descrito por el visitante como “irrespirable”.
Un prisionero muestra su pierna gravemente infectada y sin tratar. Una de las formas de tortura y malos tratos que se les reserva a los reclusos es negarles la atención médica que necesitan. Un prisionero grita desde su celda, los otros prisioneros golpean las rejas y nadie responde. El traslado al hospital sólo se utiliza como último recurso, cuando la condición del recluso se ha agravado considerablemente.
La prisión de Olmos se ha deteriorado mucho. Las escaleras y los pasillos de la prisión están cubiertos de excrementos de ratas.
Las células están muy sucias. Se pudiese exigir a los reclusos que estén limpios si las instalaciones estuviesen sanas y las paredes en buenas condiciones. Sin fumigación, los chinches, las cucarachas y las ratas de todos los tamaños abundan.
Las unidades disciplinarias se denominan “buzones de correo”. La situación es la misma que en el resto de la prisión: suciedad, falta de ventilación, oscuridad, insectos y roedores.
Boca infectada de un prisionero. No está recibiendo tratamiento porque la atención dental es prácticamente inexistente.
Cárcel Federal Marco Paz. Un preso recibe alimentos de mala calidad. Si los hubiese ingerido, podría haber sufrido una intoxicación severa.
Un aguilucho cenizo se come a una rata. La presencia de este roedor en la cárcel es epidémica.
Para saber más
- leer la ficha-país de l’Argentina
- la revista de prensa sobre las cárceles en Argentina