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Fuente: Infobae
Ver el panoramaArgentina: el presidente de la Corte Suprema aseguró que no se debe detener a las personas que están en juicio
Carlos Rosenkrantz: “La prisión preventiva no puede ser la manera encubierta en que el Estado castigue a un imputado, incluso en casos de lesa humanidad”
El presidente de la Corte Suprema aseguró que no se debe detener a las personas que están en juicio salvo que exista peligro de fuga o de obstaculización del proceso.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, fijó su criterio con respecto a uno de los temas que más polémica genera en el ámbito judicial: la prisión preventiva.
En reportajes concedidos a las ediciones impresas de los diarios Clarín y La Nación, el magistrado aseguró: “La prisión preventiva debe basarse en un razonable pronóstico acerca de la probabilidad de que el acusado pueda obstaculizar el proceso o fugarse, nunca puede ser la manera encubierta en que el Estado castigue a quien está sujeto a proceso”.
Cuando le preguntaron si este criterio debe ser aplicado también para los imputados por delitos de lesa humanidad, la máxima autoridad de la Justicia argentina no dudó: “Sí, la ley no establece distinciones y debe ser aplicada con principios neutrales sin importar la identidad de las partes”.
Con esos argumentos, el magistrado defendió su voto en la sentencia que benefició a un represor a través de la aplicación del 2×1. Dijo que le costó decidir porque empatizaba con los críticos y hasta recordó datos biográficos y políticos de su familia: “Mi papá fue militante de la izquierda del radicalismo y estuvo preso por razones políticas. Mi mamá, dirigente sindical del gremio CTERA dejada cesante por el golpe de Estado de 1976. Mi hermano es periodista, militante de izquierda. Tenemos muchos amigos desaparecidos”.
“Yo no juré por mis emociones. Me costó decidir lo que decidí, me costó emocionalmente, pero no tengo ninguna duda jurídica ni moral de que hice lo que tenía que hacer”, desarrolló.
Ese antecedente le sirvió a Rosenkrantz para graficar las presiones que viven los magistrados en la Argentina. Recordó que por su decisión hubo 600 mil personas que lo insultaron en una marcha, “pero un juez como un árbitro de fútbol no puede tenerle miedo a la tribuna”. “Si no tenés el equipamiento psicológico para bancarte que toda la tribuna de River te insulte, no dirijas Boca-River. Si lo hacés, estarías falseando las expectativas que hay sobre vos”, analizó.
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