Bolivia: un informe advierte de que las cárceles acogen 225 % más de reos

Las cárceles de Bolivia acogen un 225 por ciento más de reclusos por encima de su capacidad, con una serie de carencias en la atención a los presos, según un informe presentado este martes por la Defensoría del Pueblo boliviana.

La Defensora del Pueblo de Bolivia, Nadia Cruz, presentó ante los medios el estudio “Volcar la mirada a las cárceles”, sobre la vulnerabilidad de reclusos en 19 centros penitenciarios del área urbana del país.

La capacidad de estos centros era para 5.805 internos, pero acogían 18.895 a mayo del año pasado, de acuerdo con este análisis que entre junio y noviembre de 2018 recabó testimonios de reos e informes de instituciones estatales.

El hacinamiento alcanzaba el 891 por ciento de la capacidad en el penal de San Roque en Sucre, mientras que era solo del 0,29 en la prisión femenina de Miraflores en La Paz y del 0,32 en la de Mocoví en Trinidad, de acuerdo con el estudio.

El informe muestra que casi el 70 por ciento de los encarcelados eran presos preventivos, con lo que solo un tercio tenía sentencia.

“Es un dato preocupante”, advirtió Cruz, ya que muchos prolongan su encierro por largo tiempo pese a estar acusados de “delitos de poca relevancia social”, principalmente robos.

Por ello, instó a una política estatal penitenciaria que se centre en los procesados por los delitos que más “afecten al tejido social” y que ofrezca “salidas alternativas” a los encausados por otros de menor repercusión.

El abuso de la detención preventiva, observó, dificulta los “procesos reales de readaptación social” de los reos, cuando la finalidad de las penas debe ser “reinsertar en la sociedad”.

La Defensora abogó por “mirar autocríticamente las cárceles en Bolivia”, para que los presos no pierdan “su condición de seres humanos”.

El informe detecta reos de la tercera edad sin atención geriátrica, otros con discapacidad sin condiciones adecuadas para su movilidad, pacientes psiquiátricos, carencia de programas para drogodependientes y alcohólicos, e internos con sida y tuberculosis sin las prestaciones sanitarias necesarias, entre otras.

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