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China: cárceles con sistema de vigilancia para controlar a musulmanes

El Gobierno chino ha construido una red de campamentos de reeducación y un sistema de vigilancia para monitorear y someter a millones de personas de minorías musulmanas en la región de Xinjiang.

Ahora China recurre a un método más viejo y severo de control: llenar las prisiones en Xinjiang. La región en el noroeste de China ha experimentado un aumento récord en arrestos, juicios y sentencias carcelarias en los últimos dos años, revela un análisis de The New York Times de datos oficiales previamente no reportados. Al tiempo que el Gobierno chino implementa una campaña de seguridad dirigida de forma abrumadora a las minorías en Xinjiang, el uso de las cárceles pone en tela de duda incluso las protecciones limitadas de China de los derechos de los acusados.(…)

Los arrestos se multiplicaron por ocho y los enjuiciamientos por cinco.

Expertos, defensores de los derechos humanos y activistas uigures exiliados dicen que los funcionarios chinos han hecho a un lado las protecciones rudimentarias en su esfuerzo. La policía, los fiscales y los jueces en la región trabajan de la mano para asegurar condenas, en aras de la campaña del Partido Comunista de erradicar la zozobra y convertir a las minorías en gran parte musulmanas en fieles al partido.

Los arrestos, señalaron los detractores, a menudo se basan en cargos endebles o exagerados, y los juicios son sólo un formalismo, con fallos de culpabilidad abrumadoramente probables. Una vez sentenciados, los presos enfrentan abusos potenciales y trabajos forzados en centros hacinados.(…)

“Es como si toda la población es tratada como culpable hasta que se demuestre su inocencia”,

dijo Sean R. Roberts, antropólogo en la Universidad George Washington, en Washington, que estudia a los uigures. “Estos campos de internamiento y prisiones no van a desaparecer y son una advertencia a la población de que es mejor que sea más leal al partido”.(…)

La seguridad en Xinjiang ha sido estricta durante años.
En el 2009, cientos de personas murieron durante disturbios étnicos en la capital regional, Urumqi, instando al Gobierno a empezar a instituir políticas más severas. Muchos uigures y kazajos que han abandonado China dijeron que se les había informado de familiares encarcelados, a veces tras ser detenidos en campamentos.(…)

“El Gobierno piensa que son más peligrosos, porque tienen dinero y conocimientos y a menudo han ido al extranjero”, externó Altay. Agregó que amigos en Xinjiang le habían informado que uno de sus cuñados había sido encarcelado.
“Las familias muchas veces no saben dónde han desaparecido sus seres queridos”, dijo. “Luego oímos que esta persona fue sentenciada, o que aquélla está en la cárcel. Casi todas las familias tienen esta experiencia”.

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