Estados Unidos: drogas, armas y presos asesinados, violados y torturados

El sistema estatal está superpoblado y no tiene personal. Los prisioneros soportan los índices más altos de homicidio y abuso sexual de EE.UU.

Un prisionero llevaba muerto tanto tiempo muerto que cuando lo descubrieron tirado boca abajo, tenía la cara aplanada. A otro preso lo ataron y lo torturaron durante dos días sin que nadie se diera cuenta. Presos ensangrentados gritaban pidiendo ayuda desde celdas cuyas puertas no se cerraban.

Estos son algunos de los detalles espantosos en un informe de 56 páginas del sistema carcelario de Alabama, publicado el miércoles por el Departamento de Justicia. El informe, una de las primeras investigaciones importantes sobre derechos civiles, realizada por el departamento, para publicar bajo la administración del presidente Donald Trump, reveló las condiciones estremecedoras en las instalaciones estatales masivamente superpobladas y con falta de personal.

Los prisioneros en el sistema de Alabama soportaron los índices más altos de homicidio y violación en Estados Unidos, según descubrió el Departamento de Justicia, y los funcionarios demostraron una “desconsideración flagrante” por sus derechos a estar libres de castigos excesivos y crueles.

La investigación comenzó en los últimos días de la administración Obama y continuó durante más de dos años después de que asumiera Trump.

El departamento notificó al sistema carcelario de que podía demandarlos en 49 días “si los funcionarios del Estado no se ocupan de nuestras preocupaciones de manera satisfactoria”

Alabama no es el único que tiene cárceles problemáticas y violentas. Sin embargo, el estado tiene uno de los índices de encarcelamiento más altos del país y su sistema correccional es notoriamente anticuado, peligroso y con poco personal. Las cárceles principales están colmadas a un 182 por ciento de su capacidad, descubrió el informe, el contrabando es desenfrenado y los presos duermen en cuartos que no están asignados para escapar de la violencia.

“Las violaciones son severas, sistémicas y están exacerbadas por serias deficiencias en la cantidad de personal y la supervisión”, dice el informe, que además observa que algunas instalaciones tienen menos del 20 por ciento de sus cargos adjudicados completos. También menciona el uso del encierro solitario como medida de protección para los presos vulnerables, y un “alto nivel de violencia que es demasiado común, cruel, de una naturaleza inusual y generalizado”.

Los funcionarios estaduales dijeron que el informe abordaba temas que ya se conocían y por los que estamos trabajando para darles solución.

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