Las prisiones del Líbano

Durante mi trabajo como fotoperiodista, me enteré de algunas situaciones muy injustas que vivían las personas privadas de libertad. Por eso quise documentar lo que sucedía en los centros penitenciarios, mostrar las condiciones de reclusión y la vida cotidiana de estas personas. Acceder a a ellas no fue tarea fácil, ya que no existe ninguna disposición por parte de las autoridades, que, por el contrario, son muy activas a la hora de bloquear el ingreso de cualquier periodista que quiera informar o escribir sobre la prisión.

Las seis fotografías que comparto con ustedes, las tomé entre 2009 y 2011 en la prisión de Roumieh, la más grande del país, que cuenta con tres veces más reclusos que plazas.

Por supuesto, las condiciones de reclusión varían de un centro penitenciario a otro, sobre todo, en lo que respecta a la higiene, la calidad de los alimentos, el índice de ocupación, el espacio libre, el material disponible, el clima que se vive allí dentro, y el comportamiento de los funcionarios. De manera general, se puede afirmar que en las prisiones libanesas no existe ni la higiene ni el orden. La sobrepoblación es un problema endémico. Las necesidades básicas de los reclusos se han venido descuidando desde hace demasiado tiempo. Muchas personas aún están a la espera de juicio. Otras ya han sobrepasado el periodo de la condena que podría imponérsele, pero que aún no se ha dictado. Mientras tanto, allí siguen esperando, a veces esposadas.