Líbano: la libertad en sueños

El día pasa y, si tienes suerte, no te das cuenta. La noche en prisión es otra cosa.

Algunos prefieren permanecer despiertos por la noche y dormir durante el día para no sentir el paso del tiempo. Pero, si quieres tener una vida normal y dormir por la noche, tienes que encontrar esa libertad que solo existe cuando duermes, pues aquí solo disfrutas de ella en tus sueños.

En tus sueños, tienes una mujer que te visita a menudo. También tienes hijos que vienen a verte. A veces viajas y visitas a personas que ni siquiera existen en la realidad. El lugar más bonito en el que he estado es probablemente Olimpia, una isla repleta de espacios verdes y pequeñas casas rodeadas de jardines. Hay otro lugar en el que los habitantes disfrutan de una mayor tranquilidad. Sus cuerpos son humanos, pero sus rasgos no. En mi última visita allí, uno de ellos me llevó a dar un paseo junto a un lago. Cuando llegamos a la orilla, me dijo: «Mira el lago de los luchadores»“. Sobre el lago había una nube de tonos grises. No me olvido de las mujeres durante todas esas visitas. Son de una belleza indescriptible; una belleza que nunca había podido admirar en el mundo real.

En otra ocasión, fui a una pequeña colina junto a un lago apacible, en la que se habían construido dos castillos de oro. Lo que todos estos lugares tenían en común era la luminosidad que reinaba en ellos, aunque nunca hubieran visto el sol.

A veces visito mi ciudad natal, Sour (Tyre) y mi casa, aunque no me gusta hacerlo porque allí siempre está oscuro. Antes de irme a dormir, deseo soñar con las personas que más me echan de menos. Una vez soñé con Mouhanade, el gato que criaba en casa antes de que me detuvieran. También he soñado con la tumba de mis padres, que murieron antes de que yo cumpliera diez años.

En cuanto al resto de mi familia, he de admitir que hace tiempo que he olvidado su aspecto.

Nunca me visitan y a veces me pregunto: ”Si Dios decide que un día debo salir de aquí con vida, ¿los reconoceré si los vuelvo a ver?”. Pero no tengo respuesta a esta pregunta. Qué hermosas son la libertad y la compasión, incluso en el mundo de los sueños. Uno sonríe cuando lee algo sobre la libertad o la compasión en un cuento o en cualquier libro de religión o de filosofía. Pero, en realidad, ¿cuál es el sentimiento de libertad o de compasión?

A veces, durante el día, hay gatitos que salen a buscar la libertad. Una vez, en presencia de un amigo íntimo condenado a muerte, tuve la curiosidad de preguntarle al gatito cómo era la libertad en el exterior.
Mi amigo se echó a reír y me dijo: ”La libertad está aquí, no lo pienses más. El gatito tenía razón, todos nuestros ojos quieren compasión, pero ¿lo conseguirán alguna vez? El tiempo responderá a esta pregunta…”.