Líbano: Las personas LGBTIQ olvidadas en prisión

Bertho Makso. Las condiciones de reclusión de las personas LBGTIQ reflejan la discriminación de la que son objeto; una discriminación presente en todo su proceso penal, es decir, desde el momento del arresto hasta incluso después de su liberación. Además de los delitos relacionados con la prostitución y las drogas, la Policía de Costumbres se encarga de los asuntos relativos a la comunidad LGBTIQ. Cuando las personas de esta comunidad son arrestadas, suelen ser sujetas a humillaciones e insultos, y, en algunos casos, se les obliga a pasar varios meses en custodia policial, a pesar de que el periodo legal es de 48 horas, y solo puede prorrogarse una vez.

Si no pueden pagar sobornos o no cuentan con la ayuda de una persona influyente, los miembros de la comunidad LGBTIQ pueden quedar olvidados dentro del sistema penitenciario.

En prisión, las personas LGBTIQ suelen ser torturadas, sujetas a violencia física y psicológica, y obligadas a hacerse pruebas de drogas y de VIH. Aquellas infectadas con VIH son internadas en el “módulo azul”, un hospital psiquiátrico penitenciario ─que cuenta con una celda especifica para las personas de la comunidad LGBTIQ─, en el que tienen que convivir todos los días con personas que sufren de trastornos mentales graves. Las personas que dan negativo a las pruebas de VIH son enviadas a un establecimiento penitenciario en función de su sexo biológico. Por ejemplo, una mujer trans con un órgano sexual masculino, será trasladada a una prisión de hombres, en la que el personal penitenciario le cortará el cabello y será sometida a todo tipo de abusos. Si la mujer trans tiene un sexo femenino, entonces será encarcelada en una prisión de mujeres, en la que, en caso de conocerse su identidad de género, será objeto de violencia y del rechazo de las demás reclusas.

Algunos directores de prisión se niegan a recibir a las personas LGBTIQ en sus establecimientos, con el argumento de que sus prisiones “son limpias”. Durante una de mis visitas a prisión, un director afirmó haber rechazado a una persona gay, a la que luego le negaron el ingreso en otros tres centros penitenciarios y terminó recluida en la prisión central de Roumieh.

Las personas LGBTIQ también son objeto de violencia sexual por parte de los demás reclusos. A las víctimas de estos abusos se les llama “conejos” y a menudo son personas que carecen de recursos suficientes para comprar alimentos.

BM. Nous ne nous affichons pas en tant qu’organisation LGBTIQ lors de nos visites. Nous parlons avec toutes les personnes détenues et ne visons pas uniquement les personnes de la communauté pour éviter les stigmatiser. Le but est de ne pas attirer d’attention sur elles ni de leur créer plus de problèmes. Nous offrons nos services à toutes les personnes qui en ont besoin. Nous prônons une démarche inclusive, pour faire évoluer les mentalités et changer le système. Quand ProudLebanon offre ses services à tous les détenus sans prendre parti, on peut changer l’image qu’une certaine personne peut avoir envers la communauté LGBTIQ. Nos services reposent sur l’appui psychologique et psychosocial. On offre une assistance juridique, quand on a la possibilité, ou on réfère vers d’autres associations.
Actuellement, avec la crise de la Covid-19, nous n’avons plus le droit de rentrer dans les prisons libanaises, comme la plupart des ONG qui y avaient accès. Des autorisations sont accordées à certaines organisations à but religieux, afin de faire la prière, entre autres. Nous craignons vraiment le pire. Aucune information n’est divulguée depuis le début de la pandémie. Personne ne sait si les détenus ont besoin de soutien psychologique ou de quoi que ce soit.

BM. Evitamos anunciarnos como organización LGBTIQ. Durante nuestras visitas, intentamos hablar con todos los reclusos para evitar estigmatizar a las personas de esta comunidad; el objetivo no es centrar la atención en ellas ni darles más problemas. Ofrecemos nuestros servicios a todos aquellos que los necesitan y fomentamos un enfoque inclusivo con el propósito de hacer cambiar la mentalidad y el sistema. Cuando proponemos nuestros servicios a todas las personas privadas de libertad sin tomar partido, tenemos más posibilidades de cambiar la imagen que ciertas personas tienen de la comunidad LGBTIQ. Nuestros servicios consisten en brindar apoyo psicológico y psicosocial, pero también ofrecemos asistencia jurídica y, cuando es posible, remitimos las personas a otras asociaciones.

Debido a la crisis sanitaria, en estos momentos no podemos ingresar en prisión, al igual que muchas otras asociaciones que tenían acceso. Ciertas asociaciones con fines religiosos sí están autorizadas a ingresar para hacer oraciones y otras cosas. Realmente, tememos lo peor, ya que desde el inicio de la pandemia no se ha divulgado ninguna información, y no sabemos si las personas privadas de libertad necesitan apoyo psicológico o cualquier otro tipo de ayuda.

BM. Aucun mécanisme de protection pour les personnes LGBTIQ n’est mis en place par les autorités, à part les services proposés par les organisations de la société civile.
Cependant, le programme national contre le VIH a aussi cours en détention. Il est chargé de faire le suivi de toutes les personnes testées positives, y compris celles détenues, en collaboration avec les autorités en charge des établissements pénitentiaires. Le bâtiment de ce programme a été détruit suite à l’explosion de Beyrouth en août 2020. ProudLebanon a pris le relai pour veiller à ce que tous les détenus prennent bien leurs médicaments. Nous avons également créé des dépliants informatifs à destination de la communauté LGBTIQ. L’un d’entre eux est spécifique à la détention et au milieu carcéral, sur leurs droits et sur comment se protéger lors d’une interpellation.

Les discriminations et violences envers la communauté LGBTIQ sont le résultat, notamment, d’une loi discriminatoire, d’une société patriarcale, et du manque de formation pour les personnes en charge des prisons et des locaux de police. L’une de nos recommandations est de mieux former les personnes concernées, y compris les agents de police, les juges, les enquêteurs. La police a vraiment besoin de ce type de formation, non pas seulement pour la communauté LGBTIQ, mais pour tous les autres détenus avec des besoins spécifiques.

BM. Aparte de los servicios que proponen las organizaciones de la sociedad civil, las autoridades no han instaurado ningún mecanismo de protección para las personas LGBTIQ. Sin embargo, el programa nacional de lucha contra el VIH también se lleva a cabo en prisión, puesto que se encarga del seguimiento de las personas infectadas, incluso de aquellas privadas de libertad. Este programa se realiza en colaboración con las autoridades penitenciarias. La explosión ocurrida en Beirut en agosto de 2020 destruyó las instalaciones de este programa, por lo que ProudLebanon ha asumido la función de asegurarse de que todos los reclusos se tomen sus medicamentos.

Por otra parte, hemos creado folletos informativos dirigidos a las personas de la comunidad LGBTIQ; uno de ellos se concentra específicamente en la reclusión, en el entorno carcelario, en sus derechos, y en la manera de protegerse en caso de detención.

La discriminación y la violencia contra las personas de esta comunidad son producto de una ley discriminatoria, de una sociedad patriarcal y de la desinformación de algunos responsables de prisiones y comisarías de Policía. Una de nuestras recomendaciones es que se imparta formación a los que trabajan en este ámbito, incluidos los policías, los jueces y las personas encargadas de las investigaciones. La Policía necesita realmente este tipo de formación, y no solo en lo que respecta a la comunidad LGBTIQ, sino también en lo relativo a todas las personas privadas de libertad con necesidades específicas.