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Fuente: ContraRéplica
Ver el panoramaMéxico: niños en cárceles no conocen ni a los perros: reinserta
En las cárceles mexicanas, aparte del drama que significa de por sí para los internos estar ahí recluidos, particularmente si se trata de las poco más de 13 mil mujeres presas, existe una tragedia que corre en paralelo, ya que viven ahí 800 niños desde recién nacidos hasta los seis años, quienes naturalmente “no conocen la calle, no conocen los coches, los perros…”, denuncia el organismo ciudadano Reinserta.
La organización señala que, los niños “no son responsables de nada, pero pagan junto con sus madres los errores de éstas ante la sociedad”.
Destaca que, en las cárceles “naturalmente no hay espacios especiales para los niños, de hecho, por las noches duermen en las celdas con sus madres, bajo candados y cadenas, como ordenan los protocolos de los centros de reclusión, pero violando todos sus derechos humanos”.
La organización que encabeza Saskia Niño de Rivera, quien tiene como uno de sus pilares a su colaboradora Jimena García, señala que su tarea es lograr que al interior de los espacios carcelarios se vaya ganando terreno para los pequeños.
La directora de niñez y unidad en Reinserta, Jimena García, explica que a estos pequeños se les conoce como “niños invisibles”, y a quienes “se les han normalizado la violencia como forma de vida, están alerta todo el tiempo y han tenido estímulos muy distintos a los niños en libertad”, sostiene.
La colaboradora señala que, el 70 por ciento de las mujeres en reclusorios —poco más de 9 mil—, “no cuenta con ningún tipo de ayuda familiar o de otro tipo fuera de las prisiones, por lo que tienen que vivir con sus hijos hasta que cumplen su condena o hasta que cumplen seis años”.
Agrega que, cada jornada de encierro implica estar expuestos a un clima de violencia constante; a no recibir asistencia médica, alimentación o educación, a caerse frecuentemente de las literas que les asignan, e incluso a ser testigos de encuentros sexuales durante las visitas conyugales de sus madres, señala García.
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