SHAMS. La ley palestina prevé la pena de muerte para 77 delitos. Desde la creación de la ANP, en 1994, se han dictado 260 condenas a muerte: 230 en Gaza y 30 en Cisjordania. En el mismo periodo, se llevaron a cabo 41 ejecuciones: 39 en Gaza y dos en Cisjordania. Las personas condenadas a muerte no se separan de los demás reclusos, como pudimos comprobar durante nuestra visita a Jericó en 2016, así que las condiciones de vida son deplorables para toda la población carcelaria.
Tres condenas a muerte se dictaron durante el mes de Ramadán, dos de ellas el primer día. Para los musulmanes, el Ramadán es un símbolo de tolerancia y perdón. No debería haber lugar para la muerte.
En los últimos dos años, el Gobierno de Hamás ha dictado varias condenas a muerte, en la fecha del 10 de octubre (o cerca de ella), Día Internacional contra la Pena de Muerte. En 2021, se impusieron diez penas capitales en octubre, lo que demuestra un total desprecio por los derechos humanos. Desde la división entre Al Fatah y Hamás en 2007, en la Franja de Gaza, se han dictado 28 condenas a muerte sin la firma del presidente palestino. Esto constituye una violación de la ley.
Tanto los tribunales militares como los civiles pueden dictar la pena capital; la ejecución de los civiles tiene lugar en la horca, y la de los militares por fusilamiento. En Cisjordania, desde 2016, los tribunales militares no han juzgado civiles y desde 2005, no se ha dictado ninguna pena de muerte. En Gaza, en oposición a la Ley Fundamental Palestina, los tribunales militares continúan juzgando civiles y Hamás sigue condenándolos a muerte, lo que significa que no existe, en lo absoluto, la garantía del derecho a un juicio justo.
Según la ley, no se puede dictar la pena capital contra los menores de edad, y nunca se ha dictado una condena a muerte ni ejecutado a un niño. Solo una mujer se ha condenado a muerte en 2016 en Gaza, pero hasta la fecha, su ejecución no se ha llevado a cabo. Sus condiciones de reclusión han sido las mismas que para las demás mujeres privadas de libertad. Las mujeres siempre se separan de los hombres, sea cual sea su condena.