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Un 42% de hacinamiento existe en los centros penitenciarios de Ecuador

Un promedio de 33,4% de los privados de la libertad de la región se encuentran en prisión preventiva, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

“durmió el diablo”

Tras los barrotes de las frías celdas del Centro de Rehabilitación Social Turi, en Cuenca, provincia de Azuay, se ocultaban el terror, miedo y la incertidumbre de personas privadas de la libertad que durante un año vivieron al filo de la muerte. Sus enemigos los acechaban y los esperaban con una funda para asfixiarlos, con un interruptor para electrocutarlos o con grupos de hombres desalmados para golpearlos hasta perder el aliento.

Todas estas penurias las evitaban con la emisión de billetes dólares depositados en cuentas bancarias de terceros. Pero como se les “durmió el diablo” a los presos extorsionadores y torturadores, uno de los afectados alcanzó a denunciar los agravios a los que eran sometidos a diario.

La denuncia llega a los agentes de la Unidad de Inteligencia Penitenciaria, quienes al verificar la información presentan un reporte en junio de 2016 a la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional (Fedoti). Este informe es el que reseñó la ministra de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, Rosana Alvarado Carrión, a los miembros de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, el miércoles 20 de septiembre.

La presencia de un grupo delictivo

Este informe es el que reseñó la ministra de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, Rosana Alvarado Carrión, a los miembros de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional, el miércoles 20 de septiembre. Según el documento, desde enero de 2016 a enero de 2017, en la regional Turi se evidenció la presencia de un grupo delictivo, integrado por privados de la libertad, familiares y allegados de ellos.

Los primeros se dedicaban a extorsionar a otros internos, a quienes exigían dinero o a sus parientes. Los segundos, recibían el dinero depositado en cuentas por los parientes de los presos para que no los maltraten física ni psicológicamente.

Los extorsionadores utilizaban como mecanismos frases como estas: “si no me pagas, si no me llevas ese dinero, van a cambiarte de pabellón, serás golpeado, te pondremos fundas plásticas en la cabeza o te aplicaremos el ‘camionetazo’, es decir agresión entre varias personas”, señala el reporte.

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