Desde marzo de 2020 se han producido varios motines en las prisiones argentinas. La mayoría de los manifestantes pedían la aplicación de medidas sanitarias de prevención o medidas compensatorias a las restricciones vigentes.
Los primeros motines que se registraron tuvieron lugar el 23 de marzo, de forma casi simultánea, en diferentes prisiones, entre ellas las de Florencio Varela, Batán, Coronda y Santa Fe. Varios reclusos subieron a los tejados y otros intentaron escapar. Los reclusos denunciaban la falta de medidas preventivas y exigían mayor protección frente a la pandemia. Cinco reclusos murieron a raíz de los levantamientos, cuatro de ellos en la prisión de Santa Fe, en la que intervino la Tropa de Operaciones Especiales.
Los probables casos de contagio y los casos confirmados entre los reclusos y el personal también causaron levantamientos. A finales de abril, estalló una revuelta en Villa Devoto después de que uno de los guardias diera positivo por coronavirus. Los reclusos exigían la adopción de medidas sanitarias de emergencia y de procedimientos para su liberación. Algunos subieron al tejado, prendieron fuego a colchones y tomaron el control de dos plantas. En una de sus pancartas se leía: “Nos negamos a morir en la cárcel”. La protesta duró nueve horas. Los representantes de los reclusos acordaron reunirse con las autoridades para discutir sus peticiones. No se informó de ninguna víctima.
El 23 de abril, las autoridades penitenciarias de Buenos Aires contabilizaron 1184 reclusos en huelga de hambre en las prisiones: Unidad 41 de Campana (332 reclusos), La Plata (141), Unidad 48 de San Martín (97), Alcaidía de Olmos (70), Unidad 39 de Ituzaingó (42), Sierra Chica (26), Hornos (22) y Florencia Varela (25), entre otras. Los reclusos pedían que se les concediera el arresto domiciliario como lo ordenó el Tribunal de Casación.
Tras los disturbios de Buenos Aires, se creó una “mesa de negociación” con las autoridades y dos representantes de cada pabellón, en la que los reclusos pudieron expresar su gran temor al contagio.
En julio, los reclusos de la prisión de San Salvador de Jujuy iniciaron un motín al conocer que había casos positivos y un recluso enfermo en otro centro. Las autoridades confirmaron que no había casos positivos en esa prisión, pero los reclusos exigían mejores condiciones de vida. La policía intervino después de tres horas de disturbios. Dos internos murieron y no se informó el número de heridos. También en julio, los reclusos de la Comisaría Principal de Marcos Paz estaban preocupados por la detección de un caso positivo. Al expresar su preocupación, la policía golpeó a 28 de ellos. El OIP de Argentina denunció este acto violento y pidió que un médico de oficio les examinara las heridas y comprobara el estado de salud de los reclusos.
Para responder a algunas de las peticiones de los reclusos y hacer frente al hacinamiento, el Gobierno argentino inició, en el mes de agosto, un plan de obras de infraestructura en tres prisiones de Buenos Aires, con el objetivo de crear 1350 plazas para finales de año y añadir espacios comunes adicionales.
Según el OIP de Argentina, al inicio de la pandemia, los reclusos seguían correctamente las decisiones tomadas por las autoridades y aceptaban el hecho de no poder ver a sus familias. Sin embargo, la ONG declaró que el personal penitenciario debería haber añadido una serie de precauciones adicionales a esta medida. Al enterarse de los casos de COVID-19 entre los miembros del personal, los reclusos reaccionaron con vehemencia, a pesar de que muchos de ellos no habían estado en contacto directo con los agentes contagiados.
El NPM registró un total de 80 movimientos de protesta entre los meses de marzo y noviembre y destacó que la mayoría de los incidentes ocurrieron en prisiones en las que no había canales de diálogo con los reclusos que permitieran una “gestión pacífica de los conflictos”.[^mov]
[^mov]: Comité Nacional para la Prevención de la Tortura (CNPT), “Reporte: Estado de situación de las personas privadas de libertad (PPL) durante el período de emergencia sanitaria por el COVID-19 al 24/11/2020”, Noviembre de 2020, p. 10.