MN. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado al Estado belga, unas veinte veces, por otros asuntos más generales; sobre todo por violaciones al artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos relativas a la prohibición de la tortura y los tratos inhumanos, crueles o degradantes. El TEDH también ha puesto de manifiesto, de manera recurrente, el problema de las medidas de seguridad de las que son objeto las personas con problemas mentales que han cometido delitos. Sin embargo, aunque hasta ahora Bélgica no ha sido condenada específicamente por las condiciones de vida en régimen de aislamiento, me parece importante resaltar que, gracias a una de las sentencias de las instancias europeas, se han logrado observar ciertas mejoras considerables.
Los anexos psiquiátricos son pabellones específicos en los que se aloja a las personas en conflicto con la ley a las que se les ha diagnosticado un trastorno mental, es decir, inimputables. Lo que significa que las personas se encuentran en estas instalaciones de la prisión, que no son establecimientos especializados en el tratamiento de los problemas de salud mental, y en las que no se les brinda la atención que necesitan.
Bélgica ha sido condenada en varias ocasiones por trato inhumano y degradante. Por esta razón, el TEDH emitió una sentencia piloto (caso W.D c/Bélgica, del 6 de septiembre de 2016) para proponer un “referente” ─el Tribunal dio un plazo de dos años a Bélgica para que tomara las disposiciones necesarias─. Tras este fallo, el Gobierno anunció la construcción de varios centros de psiquiatría forense; proyecto que se llevó a cabo principalmente en el norte del país.
Aunque no todos los proyectos de construcción se han completado en el sur del país, cabe mencionar que estas obligaciones impuestas por las instancias internacionales han provocado varios cambios que han tenido resultados considerables. Por supuesto, aún queda mucho por hacer, y se necesita tiempo y recursos económicos y humanos para que Bélgica pueda cumplir con sus obligaciones internacionales, sobre todo, después de haber sido condenada tantas veces por sus condiciones de reclusión.