Bélgica: ningún cambio a la vista

Vanessa de Greef. El principal problema es que actualmente no sabemos cuántos votantes hay en prisión, puesto que las autoridades no publican ninguna cifra.
Durante nuestro trabajo de campo, hemos observado que muchos de los reclusos no votan, a pesar de que en 2009 una modificación legislativa anuló la privación automática del derecho de sufragio de los reclusos, tanto de los preventivos como de los penados. A partir de entonces, el juez decide si se suprimen o no los derechos electorales de una persona ─salvo por aquellas a las que se les ha suspendido el derecho de sufragio de manera permanente, lo que sucede en muy pocas ocasiones─.

La falta de participación de las personas privadas de libertad en los procesos electorales, se debe principalmente a una profunda falta de voluntad política.

VDG. El procedimiento para votar es tan complicado que al final es casi imposible ejercer su derecho de sufragio. En Bélgica, los reclusos solo pueden votar por poder notarial; el voto por correspondencia no existe. La organización del voto por poder notarial es compleja, ya que se requiere un certificado de detención, obtener y rellenar un formulario de poder notarial y, sobre todo, se necesita encontrar una persona de confianza que viva en la ciudad donde está inscrito el recluso. Algunos valientes lo logran, pero no se contabiliza cuántos lo hacen, a diferencia de Francia, por ejemplo. El ministro de Justicia ha dado a entender que este asunto no le interesa realmente y ha endosado la responsabilidad al ministro del Interior, de quien aún se espera su reacción. Pero, teniendo en cuenta la tendencia política actual, no estoy segura de que exista una posibilidad de cambio.

VDG. Cuando hacemos trabajo de campo, tratamos siempre de dialogar con los responsables de los establecimientos, para los que, en su mayoría, instalar mesas de votación supondría una carga administrativa. La instalación de mesas de votación ya habría sido posible desde hace mucho tiempo, si existiera una voluntad política. Además, los funcionarios de prisiones también podrían beneficiarse de este procedimiento y no tendrían que desplazarse para votar, lo que es complicado, ya que muchos de ellos están de guardia los días de las elecciones. En mi opinión, la falta de voluntad política es el principal impedimento para cualquier evolución.