H. Debido a la pandemia de COVID-19, no se nos permitía hacer ejercicio dentro de las instalaciones. Pero las zonas exteriores no estaban equipadas en absoluto. Un interno era el encargado de la biblioteca, pero no podía estar allí más de dos o tres horas al día.
En Dinamarca, el número de funcionarios de prisiones baja cada año. El Gobierno ha estado recortando los salarios y, hace unos cinco o seis años, se introdujeron algunas normas disciplinarias muy duras. El objetivo era minimizar los conflictos entre los funcionarios y los internos, pero ha tenido justamente el efecto contrario: las tensiones se han agudizado. Por esta razón, el portavoz es aún más valioso, tanto para los reclusos como para los funcionarios. Pero este papel depende mucho de las habilidades sociales de la persona que lo desempeña.
Cuando empecé con mis funciones de portavoz, no tuve la posibilidad de saber que había sucedido antes, pues no había documentación sobre los casos pasados. Entablé conversaciones con la administración y logré grandes avances en ciertos temas. Pero si un proyecto se ha realizado al 90 %, cuando se cambia de portavoz, la administración lo abandona y espera a que el nuevo empiece de cero. Esto implica que su papel no puede ser efectivo a largo plazo. Lo ideal sería que la persona que llega pueda ver el avance de todos los proyectos que están en marcha y retomarlos allí donde se han dejado.
Algunos de los problemas son los mismos desde hace mucho tiempo. Cuando un portavoz encuentra una solución y la defiende, la administración se siente obligada a aceptarla ─aun cuando hubiera preferido no hacerlo─. Aunque la mejora es muy gradual, esto no significa necesariamente que exista una mala voluntad, sino que es más bien la señal de que los funcionarios y los internos no comparten los mismos intereses en todos los temas. A causa de la falta de personal, la administración aspira a hacer las cosas más fáciles de manejar. Por ejemplo, quiere poder controlar los costes en su presupuesto, mientras que los internos solo esperan que las condiciones sean dignas.
Tenemos algunos intereses comunes con la administración, pero no siempre es así.