BB. La elección de un tema, tan radical como agradable, se explica por la estación en la que tienen lugar los encuentros. En verano, todo el mundo sueña con escapar. El tema de la prisión es pesado y grave; a menudo se relaciona con malos tratos, tratos crueles y degradantes, y todo tipo de dificultades humanas. Para esta segunda edición, hemos querido elegir algo menos agobiante, sin que esto nos impida centrarnos en aspectos muy serios. En esta ocasión, pretendemos abordar la evasión en todas sus dimensiones: desde la fuga de casa de un niño hasta la huida silenciosa que constituye el suicidio.
En primer lugar, abordaremos el sentido básico de la palabra: escapar de prisión. Algunas personas reconocidas por sus espectaculares fugas vendrán a darnos su testimonio. También habrá derecho comparado: ¿Cómo responden las administraciones penitenciarias y la Justicia a las fugas de prisión? Algunos países las castigan con dureza, mientras que otros consideran que existe un derecho legítimo a la fuga. En este caso, si capturan de nuevo a la persona, no habrá consecuencias sobre la duración de su pena; esto no ha sucedido en Francia desde 2004. Del mismo modo, hablaremos de la evasión simbólica: la lectura, la televisión, el cine, el deporte, la droga. Tanto dentro como fuera, este es un tema familiar para todo el mundo.
Hay evasiones que nos ayudan a mejorar; lo mismo ocurre con las personas privadas de libertad, y el hecho de que sean simbólicas no significa que no sean beneficiosas. Es importante fomentar ciertos tipos de evasión, como la cultura, la educación y la formación, que pueden sacar a las personas de una situación negativa, como, por ejemplo, la reincidencia constante, y les permite sentirse libres antes de su salida.
A veces, durante su condena, las personas privadas de libertad descubren un autor, una disciplina artística, una forma de ser, que les permite olvidar su condición de reclusos y les ayuda a seguir adelante. En Concertina hablaremos de los beneficios de estas evasiones, en particular gracias a lo que hemos llamado “fábricas”. Los oradores compartirán su forma de transmitir sus conocimientos e iniciar al público privado de libertad en las distintas disciplinas. Christian Budex propone la fábrica de la filosofía: ¿cómo entablar una conversación filosófica con personas que no están necesariamente preparadas para ello, pero que desean aprender? Este es un momento de enseñanza real que, además, es gratuito. También tendremos la fábrica de escritura, dirigida por la escritora Fabienne Swiatly, o la de la inserción.
Asimismo, contaremos con la presencia de una mujer que se ha librado de los prejuicios y obligaciones de su clase social y ha escapado de su jaula dorada; otro tipo de fuga que evoca una forma de liberación a la que cada uno de nosotros puede aspirar.
Por último, nos desviaremos un poco el tema, con la charla de un parlamentario especializado en evasión fiscal, un fenómeno que engendra problemas profundos en nuestras sociedades: por la arrogante riqueza de unos cuantos contra el creciente empobrecimiento de muchos.