Francia: frente a la cámara

El realizador Mark Alexandre Montout visitó la cárcel de Baja-Tierra en Guadalupe para grabar un reto culinario.

Mark Alexandre Montout, realizador guadalupeño, produjo en 2016 el documental Karukera, que aborda la violencia que impera en su país, y sus causas. Después de su gran éxito en el Caribe, la película traspasó fronteras: Mark Alexandre Montout la presentó en muchos países africanos, con la voluntad de “construir puentes entre Europa, el Caribe y África”.

El pasado noviembre, el realizador produjo Derrière les murs (Detrás de los muros), un reportaje rodado en la cárcel de Baja-Tierra, en el que se muestran talleres de prevención y de sensibilización sobre la salud, las adicciones, la nutrición y las competencias psicosociales. Además, finaliza con una masterclass de cocina. Prison Insider le ha planteado tres preguntas.

El documental invita al público a plantearse la siguiente pregunta: ¿qué se puede hacer cuando estás encarcelado?

Ver el tráiler

https://vimeo.com/ondemand/derrierelesmurs

bandeannonce

Prison Insider: ¿Qué le llevó a hacer Detrás de los muros?

Mark Alexandre Montout. Nací en Baja-tierra, donde se encuentra la prisión; pasaba por delante todos los días camino al colegio. De niños, le temíamos a ese lugar y a ese mundo desconocidos. La construcción tiene 193 años, por lo que se ha planeado demolerla y volverla a construir. Como el edificio va a desaparecer, quería aprovechar este momento de transición para documentar lo que ocurre detrás de los muros.

La intención de mi reportaje no era centrarse en lo que habían hecho los reclusos o porqué lo habían hecho. Lo que me interesaba era mostrar qué puedes hacer cuando sales de un lugar como este. Quería mostrar que la sociedad ha puesto en marcha algunos mecanismos para favorecer la reinserción. Creo que este reportaje puede mostrar que la reincidencia no es el único camino posible.

Detrás de los muros es una continuación de Karukera. En ese reportaje, un joven explica que pasó un tiempo en prisión y cuenta que aprendió cosas allí que no habría aprendido fuera. Algunas cosas de las que se habla en Karukera se pueden ver en Detrás de los muros. Eso es lo que me interesa: mostrar lo que no vemos, lo que no sabemos, dar a conocer el trabajo social y derribar las falsas creencias. La cárcel puede ser también un lugar de aprendizaje y de reflexión. Las actividades que se ofrecen en la cárcel, como las que se pueden ver en Detrás de los muros, contribuyen a ese proceso.

Quería hacer hincapié en la dimensión humana y evitar el lado sensacionalista de la prisión.

PI : ¿Cómo se puso en marcha el proyecto? ¿Cómo fueron las condiciones del rodaje?

MAM. La Instance régionale d’éducation et de promotion santé, IREPS,(Agencia de Educación y Promoción de la Salud) puso en marcha “Convergences-Santé” ¹, un proyecto de promoción de la salud en el ámbito carcelario, y deseaba que fuera objeto de un reportaje. Propuse un formato largo que fuera una continuación de Karukera. Quería hacer hincapié en la dimensión humana y evitar el lado sensacionalista de la prisión. No se trataba de mostrar a los reclusos viviendo a 15 en una celda, a pesar de que lo he visto con mis propios ojos. El proyecto recibió el apoyo de la Agencia regional de la salud (ARS) y de la cárcel, que dio permiso para el reportaje.

Para ser honesto, tuve carta blanca para rodar el documental. No hubo censura ni por parte de la cárcel, ni de la IREPS, ni de ningún socio del proyecto, a pesar de que Karukera, que en su momento causó cierto revuelo, les dejó muy clara mi perspectiva. Grabé cosas esenciales, un poco crudas. Sin embargo, cuando mostré la película a la administración y a los sindicatos, ninguno de ellos reaccionó de forma negativa.

El proyecto Convergence-Santé, cuyo objeto era reforzar las condiciones y los recursos necesarios para mejorar el bienestar de los reclusos, se puso en marcha en la cárcel de Baja-tierra entre 2019 y 2021. ↩

Los educadores hacen mucho por estas personas y siento que su labor no destaca lo suficiente.

PI. ¿Qué lugar ocupa la palabra de los reclusos en el documental?

MAM. Quería que los reclusos se expresaran y creo que lo hicieron. En cada escena que grabé, les ofrecí hablar frente a la cámara para expresar lo que sentían.

No sé, si a pesar de todo se expresaron lo suficiente.

Al principio del rodaje, los reclusos no se sintieron cómodos con la cámara, desconfiaban de su presencia y decían que queríamos exhibirlos como animales de circo. Fue complicado. Lo que me salvó, fue que algunas personas que se inscribieron en los talleres habían visto Karukera. Eso les tranquilizó y terminaron por aceptar la cámara. Sabían que no mostraríamos sus rostros y el anonimato les permitía expresarse con libertad. Al final del documental, vemos una escena en la que los reclusos explican que los tratamos con respeto y los entendimos. Algunos de ellos, ahora libres, pudieron ver la película y están muy orgullosos.

Dicho esto, es posible que hayamos dado más la palabra a los educadores; ellos hacen mucho por estas personas y creo que su labor no se destaca lo suficiente. Quería evitar denunciar las condiciones de reclusión. Mi objetivo no era de ninguna manera mostrar la cárcel como algo positivo, pero sí que se viera que un recluso puede reinsertarse y que existen medidas para ello.

Entrevista realizada por Romane Vilain y traducido por Lourdes Romero Padilla

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