Hospitalización ambulatoria. Hoy solo somos dos. Yo estoy de guardia para atender a los nuevos reclusos y las urgencias. Como mi colega no está, debo también encargarme de las urgencias del hospital ambulatorio, algo que no hago habitualmente. Recibo a tres personas señaladas por el médico de la Unidad de Consultas y Atención Ambulatoria (UCSA por sus siglas en francés). Al ingreso en prisión se debe realizar un reconocimiento médico obligatorio. Si la persona presenta problemas psiquiátricos, tiene un historial médico, o pide ver a un profesional, la trasfieren a nuestro servicio para una consulta.
Recibo a un señor de unos 50 años de edad, que sigue un tratamiento a base de metadona desde hace años y llega en un estado físico visiblemente deteriorado. La consulta es rápida porque parece estable a nivel psiquiátrico. El hombre lleva varios días en custodia policial y no desea entrar en detalles sobre las razones de su detención. Se ve que está cansado y que quiere, sobre todo, retomar su tratamiento, lo que no representa un problema para mí.
En urgencia. Enseguida llegan las urgencias, en particular, un paciente que conozco desde hace años. Esta situación me ocupa desde las 9:00 a.m. hasta el fin de la jornada. El paciente tiene 35 años, sufre de un trastorno esquizoafectivo y ha seguido un tratamiento psiquiátrico desde sus 18 años. Lleva tres o cuatro años en prisión y nuestro equipo lo ha transferido múltiples veces al hospital psiquiátrico por episodios de descompensación.
Salió del hospital la semana pasada y, desde su regreso, nos dijo que ya no estaba enfermo y que había dejado su tratamiento; lo convocamos todos los días de la semana, sin lograr que cambiara de opinión. Como era de esperarse, ha tenido una recaída y, ayer en la noche, rompió todo lo que pudo en su celda. El equipo regional de intervención y de seguridad (ERIS) logró calmarlo dándole cigarrillos y como estaba claramente delirante lo trasladaron a nuestro servicio. Yo lo dejé regresar a su celda, pero le expliqué que debía enviarlo de vuelta al hospital. Esto toma generalmente algo de tiempo porque el procedimiento es un poco complicado. Además, no había plazas disponibles en el hospital, así que tuvimos que buscarle una en otro sitio. Para esto, la delegada del prefecto debe firmar un decreto prefectoral y se debe organizar su traslado en ambulancia. Cuando me fui, a las 6:00 p.m., el paciente aún estaba allí. Si todo sale bien, la ambulancia deberá venir a buscarlo por la noche para trasladarlo a un hospital de forma temporal. Esto se hace en espera de su traslado, a inicios de la semana siguiente, al hospital que lleva su registro. Después de ello, la Unidad Hospitalaria especialmente equipada (UHSA)debe hacerse cargo del paciente en los 15 días siguientes.
Toda esta situación de preocupó mucho; hasta he soñado con ello esta noche. El inconsciente continúa trabajando, incluso una vez que la jornada ha terminado.
También vi a un paciente del hospital ambulatorio que no conocía. Tiene un comportamiento psicótico con delirios de percusión y la noche anterior, incendió su celda. Los guardias debieron intervenir urgentemente, apagar el fuego y desplazar al paciente. Él ya había estado hospitalizado varias veces en psiquiatría y estamos un poco desprovistos. Finalmente, decidimos no hacer nada por el momento y discutirlo el lunes con el médico del hospital ambulatorio para determinar juntos el traslado del paciente a un hospital o su regreso a reclusión. Esta posición no es para nada ideal, es más bien todo lo contrario. Pero, a menudo, las situaciones son complejas: dudamos, somos ambivalentes, queremos evitar tratamientos forzados. No siempre es posible obtener el consentimiento de la persona, a veces, solo podemos buscar el “asentimiento”.
Ausentismo. En la tarde, continúo las consultas con los pacientes que atiendo de forma ambulatoria. Si bien ocho consultas están programadas, solo cuatro personas se presentan. Esto no es sorprendente, por lo general hay una tasa elevada de ausentismo; al fin de cuentas, no está tan mal porque me libera tiempo para seguir atendiendo al paciente de la mañana y encargarme de otras urgencias.