Más del 40 % de los reclusos padece al menos un trastorno mental. En 2019, alrededor del 30 % de la población penitenciaria recibía tratamiento psiquiátrico. En la Toscana, un estudio del ARS realizado en 2017 reveló que, 912 de los 3100 reclusos en el territorio padecían un trastorno psíquico. Mientras que los trastornos neurológicos y aquellos relacionados con el consumo de sustancias han disminuido, los trastornos de personalidad han aumentado en los últimos años.
Las personas con trastornos mentales sujetas a un régimen de reclusión ordinario, a menudo, se ubican en “celdas de aislamiento médico”. El CPT informó que, en la prisión de Como, más de 40 medidas de aislamiento tuvieron lugar entre enero de 2015 y abril de 2016. Además, remarcó que las personas experimentaban este tipo de medidas como un castigo. Algunos permanecen atados o aislados durante seis días, y se han registrado incidentes de violencia por parte del personal penitenciario, que incluyen patadas y puñetazos. Algunos reclusos en estado de crisis psicótica se envían a las “celdas de protección” que, por lo general, se reservan para los reclusos que presentan riesgo de suicidio o autolesión.
Las “estructuras de protección de la salud mental” (Articolazioni per la Tutela della Salute Mentale-ATSM), que dependen del Ministerio de Justicia, reciben, por decisión de la administración penitenciaria, a los reclusos que sufren de trastornos mentales. El personal médico que trabaja en estas unidades está bajo la autoridad del Ministerio de Sanidad.
En 2018, cuarenta y siete ATSM recibieron 251 reclusos. No existe ninguna normativa a nivel nacional que regule la organización de las ATSM, por lo que su gestión varía de una región a otra. Si bien algunas de estas unidades solo disponen de unas pocas camas, la prisión de Turín cuenta con 36 camas en dos unidades. Las condiciones de vida en las ATSM son las mismas de un régimen de reclusión ordinario. El CPT observó la falta de plazas en las ATSM y denunció que, en 2019, un recluso de la prisión de Viterbo llevaba ya dos años esperando su traslado. Esta situación conlleva un deterioro del estado psicológico de los reclusos con trastornos mentales, ya que, por lo general, aquellas personas que esperan su traslado, permanecen en aislamiento. Se prevé construir nuevas unidades ATSM.
En Turín, la unidad de observación psiquiátrica “Il Sestante”, que acoge a reclusos con trastornos mentales graves, cuenta con una sección específica para atender a las personas en estado de crisis. Si bien, en teoría, el internamiento en estas unidades no debe exceder unas cuantas horas, en la práctica puede durar hasta 20 días. El CPT advirtió sobre el mal estado y la falta de higiene de las instalaciones. Los reclusos permanecen aislados en habitaciones insalubres, con videovigilancia permanente y sin acceso a sus objetos personales. Además, la asistencia psicológica y psiquiátrica apenas está disponible 12 horas al día. Existe una segunda sección en la que se brinda asistencia a los reclusos que se consideran aptos para seguir un tratamiento. Esta área funciona bajo un régimen de puertas abiertas, y consiste en una sala común, una biblioteca y habitaciones en buen estado. Los tratamientos se realizan en una sala específica.
Acceso a la atención sanitaria¶
Veinticuatro horas después de ingresar en prisión, se lleva a cabo un reconocimiento médico de los reclusos. Un médico general y un psicólogo se encargan de valorar el riesgo de suicidio y de autolesión de cada uno de ellos, y en caso de ser necesario, alertan a los profesionales especializados en salud mental y a los servicios para drogodependientes (Servizi per le Tossicodipendenze, SerT).
En las grandes prisiones, suelen pasar varios días antes de que los reclusos obtengan una consulta de rutina con un médico generalista; en el caso de un especialista, los plazos pueden ser de hasta un año.
En ocasiones, los reclusos tienen que hacer varias solicitudes para conseguir una cita.
Tratamiento¶
Las personas con trastornos mentales sujetas a un régimen de reclusión ordinario se tratan, principalmente, con medicación. El personal penitenciario ha denunciado el “uso excesivo de la medicación” para tratar el estrés emocional. En torno al 28 % de los reclusos en tratamiento reciben psicofármacos. El Mecanismo Nacional de Prevención (MNP) conocido como “Garante nazionale dei diritti delle persone private della libertà personale ha protestado contra la falta de atención “efectiva”, de tratamientos individualizados y de consultas periódicas. No se dispone de áreas suficientes para hacer terapia de grupo o efectuar las consultas, y, a menudo, estas se realizan en la enfermería de la prisión o en las propias celdas. En 2019, el CPT afirmó que gran parte de las enfermerías visitadas se encontraban en un estado alarmante.
La unidad Il Sestante de Turín ofrece programas de atención que incluyen terapia de grupo y reuniones periódicas con educadores. El CPT afirmó que esta atención es “adecuada “.
Los equipos extrahospitalarios de los SerT, conformados por médicos, auxiliares docentes y psiquiatras, se encargan de la atención de las personas con problemas de adicción. Estos equipos visitan las prisiones con regularidad y ofrecen tratamientos y terapias farmacológicas. Alrededor del 15 % de los reclusos se benefician de estos servicios.
Las ATSM deben diseñar un plan de tratamiento individual para cada paciente; de manera general, se prefiere la medicación a la terapia. El MNP informó que la prisión de Belluno, entre otras, carece de programas terapéuticos adaptados e individualizados.
Equipo médico¶
La presencia de enfermeros, un médico general y un psiquiatra es obligatoria en todas las prisiones. El CPT corroboró la presencia permanente de un médico en las prisiones visitadas. Cada uno de los centros penitenciarios dispone de un servicio de psiquiatría o, al menos, de un psiquiatra. En las grandes prisiones, el personal médico especializado en salud mental está presente seis días a la semana, y solo dos o tres días en las más pequeñas.
Secreto médico¶
El CPT informó que en ninguno de los centros penitenciarios que visitó se garantiza la confidencialidad médica de los pacientes, ya que el personal penitenciario siempre está presente durante las consultas, en ocasiones, por petición de los profesionales de la salud. El personal sanitario se encarga de la distribución de los medicamentos.
Medidas de emergencia¶
Si bien la administración penitenciaria debe trasladar a los reclusos en estado de crisis psicótica a una ATSM o a un hospital psiquiátrico general, esta dista de ser la realidad. De manera general, los reclusos se ubican en celdas de aislamiento o en “celdas de protección”, y el personal de seguridad se encarga de gestionar las crisis sin la presencia del personal sanitario pertinente. En 2016, el CPT informó que, en la prisión de Como, un grupo de guardias sacó de su celda a un recluso, tras un incidente de autolesión. Al parecer, lo abofetearon y patearon antes de colocarlo en aislamiento en ropa interior durante cuatro días.
Las ordenes de tratamiento obligatorio (“trattamenti sanitari obbligatori”, TSO), son programas de atención médica exclusivos al ámbito de la salud mental. Aunque rara vez se implementan, pueden imponerse sin consentimiento para para tratar a los reclusos en estado de crisis.
Formación del personal¶
Los guardias penitenciarios que trabajan en régimen de reclusión ordinario no tienen la obligación de seguir una formación específica sobre salud mental. Sin embargo, pueden beneficiarse de programas de prevención del suicidio y el manejo de conductas agresivas. Por su parte, el personal de seguridad que trabaja en las ATSM sí posee una formación específica.
Continuidad del tratamiento¶
Una vez que los reclusos con trastornos mentales graves se han dado de alta, se debe informar a los organismos encargados de la protección de la salud pública para que puedan seguir brindándole la atención necesaria fuera de prisión.
Hasta ahora, el historial médico de los reclusos se escribe a mano y no suele transferirse a los otros servicios en caso de traslado. Incluso cuando los reclusos son puestos en libertad, estos no tienen acceso a su historial médico de manera automática, y si necesitan documentos específicos, los deben solicitar.