RC. El objetivo de los congresos mundiales es sacar de su aislamiento a todos los actores abolicionistas y, en particular, a la sociedad civil, que es la que suele estar en primera línea. En los países en los que es problemático expresar su opinión sobre la pena de muerte, no es fácil ser activista o abolicionista. Por ello, lo que pretendemos con este congreso es facilitar la cooperación y la comunicación y favorecer la creación de redes de contactos. Después de tres años sin reunirnos y sin tener acceso a las prisiones ─o muy poco─, este será el primer congreso que se celebrará tras la pandemia. Los arcanos de la ONU, tanto los de Ginebra como los de Nueva York, permanecieron inaccesibles para la sociedad civil y no era posible plantear el tema de la abolición. Este es el papel fundamental del congreso mundial.
Se trata de un evento político; la abolición de la pena de muerte siempre es el fruto de la valentía y la voluntad de las figuras políticas de un país: primeros ministros, ministros de Justicia, presidentes, reyes o reinas. Esta es la voluntad que queremos transmitir: el Congreso Mundial contra la Pena de Muerte pretende impulsar esta valentía política.
Hemos invitado a todos los Gobiernos del mundo a participar en el congreso y a anunciar el progreso que se ha observado en materia de abolición. Esperamos que muchos ministros de Justicia o de Asuntos Exteriores vengan a hablarnos de los esfuerzos concretos que se han llevado a cabo en su país en aras de la abolición.
El congreso de Berlín ha sido un éxito incluso antes de su celebración, ya que nunca tantos ministros nos habían confirmado su asistencia. Los 1500 participantes se codearán en los pasillos con representantes gubernamentales de países abolicionistas y no abolicionistas; esto tiene una gran importancia simbólica. La abolición de la pena de muerte es una lucha universal, pues el primer derecho de los seres humanos es el derecho a la vida.
Por otra parte, también hemos adoptado la interseccionalidad en nuestro enfoque con el fin de fomentar el diálogo entre organizaciones que trabajan en diversos temas. Deseamos, por ejemplo, crear un vínculo entre nuestra lucha y la lucha feminista, para que exista más justicia. Lo mismo sucede con las asociaciones que luchan contra la violencia hacia los niños o la discriminación racial o de género.