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En prisión de por vida
EN 1981 durante el debate sobre la abolición de la pena de muerte en Francia, el filósofo Michel Foucault adoptaba una postura premonitoria: “la verdadera línea que separa los sistemas penales no pasa entre los que incluyen la pena de muerte y los que no, sino entre los que admiten las penas definitivas y los que las excluyen”.
¿Definitiva la pena de muerte?, sin duda. ¿Definitiva la cadena perpetua?, no necesariamente. Como lo explica el antiguo Inspector General de los Lugares de Privación de Libertad, Jean-Marie Delarue, “la cadena perpetua es una condena para siempre, sin que ello signifique que la persona purgará una pena por el resto de su vida” (leer nuestra entrevista). De hecho, en las leyes penales de los países signatarios de la Convención Europea de los Derechos Humanos, las personas condenadas a cadena perpetua deben tener derecho a solicitar la adaptación de su pena y albergar la esperanza de recuperar su libertad algún día. Ahora bien, desde hace casi cuarenta años, numerosos países, entre ellos, Francia, recurren cada vez más de manera masiva a la cadena perpetua y, mediante leyes sucesivas, hacen más efectiva la ejecución de esta terrible condena, una condena que Larbi Belaïd conoce, a su pesar, demasiado bien (leer su experiencia sobre la prisión).
En Europa, solo hay seis países que no prevén la cadena perpetua en su Código Penal. Entre los pueblos que ignoran la perpetuidad, los noruegos disponen del sistema penal menos severo del mundo. “Si ellos se han dado cuenta de la dimensión inútil de las largas penas es porque otorgan menos importancia a la gravedad del delito que a las posibilidades de reinserción del individuo”, explica Jean Marie Delarue.
Sin embargo, Noruega es la excepción en un mundo en el que la mayoría de países se inclinan por la cadena perpetua real o incompresible. En este sentido, Estados Unidos juega un papel principal con más de 30 000 personas condenadas a vivir en prisión hasta el último día de sus vidas, entre ellos, 2500 menores. ¿Cómo se explica esta violencia institucional? Para Jonathan Simon, profesor de derecho en la universidad de Berkeley, California (leer su entrevista) “la cadena perpetua es la manifestación del temor que experimenta nuestra sociedad, el mismo temor que contribuyó al nacimiento de la era del encarcelamiento masivo”. Otros países del continente americano, como Honduras por ejemplo, se dirigen por etapas a la introducción de la cadena perpetua efectiva en su legislación (ver artículo de RA. Gómez).
Los testimonios de dos reclusos italianos, Carmelo Musumeci (ver el reportaje) y Marcello Dell’Anna (leer su carta), condenados a cadena perpetua real hace más de 20 años, expresan la falta de humanidad y el carácter absurdo de las penas muy largas y, peor aún, de aquellas en las que no hay una perspectiva de salida.
Francia
Breve historia, por Pome Bernos¶
Cadena perpetua, fechas clave desde el Código Penal francés de 1791 hasta nuestros días.
Jean-Marie Delarue
Inspector General de los lugares de privación de libertad entre 2008 y 2014
Entre 2008 y 2014, Jean Marie Delarue fue el primer Inspector General de los lugares de privación de libertad (CGLPL, por sus siglas en francés). Sus competencias jurídicas y su inmenso conocimiento de las condiciones de reclusión en las prisiones de máxima seguridad, en las que son alojadas las personas condenadas a largas penas, lo convierten en uno de los mejores especialistas de la cadena perpetua en Francia.
Con un enfoque a la vez humanista y pragmático, Delarue denuncia el recurso masivo a la cadena perpetua por parte de los tribunales y de las leyes votadas durante los últimos cuarenta años, que hacen que su ejecución sea cada vez más efectiva.
La mayoría de las penas, que son de 1, 5 o 10 años, permiten albergar esta esperanza, una esperanza que la cadena perpetua se encarga de destruir, ya que no ofrece más que la infinita repetición de los días en prisión. El hecho de saber que no habr?
Jean-Marie Delarue : “la cadena perpetua destruye la esperanza”¶
Prison Insider. En el lenguaje común, la “Perpetuidad” significa “De por vida”. Sin embargo, en el Derecho penal francés, la cadena perpetua contempla la posibilidad de una liberación. En este contexto, ¿qué significa, en el Código Penal, la cadena o la reclusión perpetua?¶
Jean-Marie Delarue. La cadena perpetua es una forma de condena que sanciona un delito grave. El Código Penal enumera cuatro penas de prisión aplicables a este tipo de delitos: penas de 15 años o más, de 20 años o más, de 30 años o más y, por último, la reclusión perpetua, que quiere decir “De por vida”. Lo que debemos tener claro es que la cadena perpetua constituye la pena máxima que sanciona los delitos más graves, sin que ello signifique, como lo acaba de mencionar, que una persona purgará una pena por el resto de su vida.
Es necesario que exista la posibilidad de beneficiar, en algún momento, de una medida de libertad condicional, de una eventual excarcelación. Sin embargo, en algunos casos puede que no exista tal posibilidad y que, por lo tanto, la persona permanezca en prisión por el resto de sus días.
En esta materia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que tuvo ciertas dificultades para fijar su doctrina, y que lo hizo en una sentencia del 2013, establece que cuando un Código Penal prevé la cadena perpetua, también debe contemplar la posibilidad de solicitar la adaptación de la pena. En términos más jurídicos, la pena no debe ser incompresible (que no puede reducirse bajo ninguna circunstancia). Ahora bien, en los casos en los que la pena no es incompresible pero los recursos legales interpuestos por el penado son desestimados, este podría en efecto pasar el resto de su vida en prisión.
Prison Insider. En Francia, la cadena perpetua está siempre asociada a un periodo de seguridad. ¿De qué se trata esta medida?¶
JMD. Se trata de una medida legal relativamente reciente, que data de 1978, y que marca la eterna fluctuación entre los dos extremos: por un lado, suministrar herramientas de reinserción al recluso, por otro lado, sancionarlo con severidad. En esta oscilación permanente, el periodo de seguridad corresponde a una forma de endurecimiento de la pena, que se aplica a todas las sentencias penales.
Esto significa que cuando alguien es condenado por un delito grave (la pena puede ir desde los 10 años hasta la cadena perpetua), existe un periodo durante el cual el recluso no puede beneficiar de ninguna adaptación: suspensión de la ejecución, fraccionamiento, régimen abierto, permisos de salida, liberación condicional. En otras palabras, durante el periodo de seguridad, la persona permanecerá estrictamente en prisión.
El periodo de seguridad de la cadena perpetua se establece en 22 años, extensible hasta 30 para los delitos más graves. Esta última medida es aún más reciente y se aplica sobre todo en materia de terrorismo. En estos casos se observa igualmente una vacilación, puesto que también está en juego la reinserción del individuo. Por esta razón, a partir de 18 años de reclusión, 22 en caso de reincidencia, el juez de ejecución de penas puede reducir este periodo de seguridad, establecido por el juez inicial.
Prison Insider. Desde 1994, existe una cadena perpetua “real” o “incompresible”. ¿De qué se trata?¶
JMD. Se trata de una condena irreductible. Sin embargo, esto es más aparente que real, en la medida en que, no se puede afirmar que el penado no beneficiará de ninguna adaptación, sin la que la cadena perpetua real sería contraria a lo establecido por el TEDH. De todas maneras, un periodo de seguridad de 30 años equivale a 30 años de prisión efectiva, lo que supone una condena terrible.
Prison Insider. Durante su labor como Inspector General de los lugares de privación de la libertad, entre 2008 y 2014, usted y los miembros de su equipo conocieron a reclusos condenados a penas de 18, 20, y hasta 30 años o más. ¿Cuáles son los efectos de este encierro prolongado en los hombres y mujeres condenados a estas penas?¶
JMD. Todos los que han conocido la prisión hablan del tiempo que pasa, un tiempo que es a la vez interminable y fugaz. Un día puede pasar rápida o lentamente pero esto no cambia en nada la perspectiva que tiene una persona sobre su reclusión. Al saber que no existe una salida posible, la cadena perpetua añade a esta percepción del tiempo un sentimiento de desesperanza que agrava considerablemente el encarcelamiento.
Cuando se está en prisión, es necesario aferrarse a una expectativa, poder pensar que el encierro terminará algún día. La mayoría de las penas, que son de 1, 5 o 10 años, permiten albergar esta esperanza, una esperanza que la cadena perpetua se encarga de destruir, ya que no ofrece más que la infinita repetición de los días en prisión. El hecho de saber que no habrá cambio alguno, confiere a esta pena su carácter totalmente trágico con relación a otras penas.
Prison Insider. ¿Las penas muy largas, sobre todo la cadena perpetua, permiten que los autores de homicidios, violaciones y otros crímenes comprendan la naturaleza y la gravedad de sus actos?¶
JMD. Es demasiado difícil sacar conclusiones generales en este sentido, ya que cada recluso tiene su personalidad. Lo único que puedo afirmar es que al cabo de ciertos años, estas personas parecen comprender lo que han hecho. En realidad, al verse confrontados a sí mismos, a la inactividad y a la falta de esperanza, no les queda más alternativa que reflexionar sobre lo que los ha llevado a prisión.
Lo que nos dicen los reclusos es que algunos años bastan para ello. Un interno, que había cumplido 8 años, me dijo “Lo que hice es abominable, tengo que buscar otras perspectivas para mi existencia”. ¿Algún día será liberado? Nadie lo sabe, pero él tiene la intención. ¿Qué le pueden aportar los 22 años que le quedan? Nada más aparte de sufrimiento.
En otra ocasión conocí a un interno que había pasado 44 años en prisión. En este tipo de penas, lo que está en juego no es la conciencia de los actos, sino la posibilidad del recluso para reinsertarse en la sociedad y restablecer los vínculos sociales que se rompieron después de tantos años de reclusión. Esto supone un grave problema para las personas condenadas a largas penas.
Prison Insider. Anne-Marie Marchetti escribió en Perpetuités (Plon, Terre Humaine, 2001) “la naturaleza y el sexo son los principales ausentes en la vida de los condenados a largas penas en las prisiones francesas”. 15 años después, ¿considera usted que esto todavía es cierto?¶
JMD. Pienso que las prisiones de máxima seguridad no han cambiado de configuración, a excepción de los modelos recientes, construidos en Orne y en el norte de Francia, que son aún peor, y que tienen mucha menos vegetación que las instalaciones tradicionales. La vida sexual tampoco ha mejorado. Hasta donde yo sé, aún no se ha instaurado una diversidad en estas prisiones, por lo tanto, lo que escribió A.M Marchetti sigue siendo cierto. Cabe agregar que en muchos de estos establecimientos no existen las relaciones humanas simples; como me decía un interno, “Aquí no es posible hacer amigos porque siempre hay que desconfiarse de los demás”.
En prisión se altera la relación con el otro o, en todo caso, se hace tan particular que es imposible transponerla al exterior, esto es lo que más afecta a las personas que cumplen largas condenas, por no hablar de las relaciones de violencia que se instauran con frecuencia (es posible mantenerse aislado durante 30 años por temor a esa violencia que está presente en los demás o incluso en sí mismo).
Prison Insider. ¿Qué considera más urgente, mejorar las condiciones de reclusión o reducir la duración de las penas?¶
JMD. Pienso que es necesario intervenir en los dos campos al mismo tiempo. Es importante reducir las condenas, ya que las largas penas refuerzan brutalmente la protección de la sociedad, pero destruyen la capacidad de reinserción de los reclusos.
Prison Insider. ¿Después de cuánto tiempo de prisión estima que una pena puede destruir la esperanza (para retomar sus palabras) y perder su sentido?, si consideramos que pudiera tener un sentido.¶
JMD. Me gustaría que los jueces o los tribunales de ejecución de penas tuvieran la libertad de reconsiderar el periodo de seguridad y de duración de la pena pronunciada, basándose en la evolución y en la personalidad de cada recluso, para que al cabo de 8 años, si fuera necesario, una persona que ha comprendido la gravedad de sus actos sea puesta en libertad.
Prison Insider. ¿Está de acuerdo con las recomendaciones del Consejo de Europa, que propone revisar las cadenas perpetuas al cabo de 8 a 14 años de reclusión?¶
JMD. El hecho de que en Escandinavia las largas condenas se consideren como algo totalmente absurdo me ha hecho reflexionar sobre el tema, y creo que no hace falta imaginar que la naturaleza humana de los escandinavos es completamente diferente a la nuestra. En realidad, si ellos se han percatado de la inutilidad de las penas muy largas no es porque se centren en la gravedad del crimen sino en las posibilidades de reinserción del individuo.
Acortar la duración de las penas es indispensable, pero es tan solo un aspecto, también es necesario mejorar las relaciones humanas dentro de la prisión e instaurar un sentimiento de confianza entre los reclusos. Esto significa que la administración penitenciaria tendría que pasar de ser un simple “carcelero” — perdón por la trivialidad de la expresión — a desempeñar un papel más dinámico que fomente las relaciones humanas.
Además, tendría que ofrecer más actividades, variadas y productivas, para que los reclusos aprovechen su tiempo — infortunadamente demasiado largo — para cambiar de piel, de vida, de profesión, etc. En cuanto más formaciones y actividades se proporcionen a los reclusos, sobre todo en las prisiones de máxima seguridad, más fácil será su reinserción a la salida de la prisión.
Prison Insider. Si nos interesamos a la historia de las penas en Francia, podemos constatar que en 1791 los revolucionarios decidieron conservar la pena de muerte y abolir la cadena perpetua. ¿En qué se basa esta decisión?¶
JMD. Esta decisión nace de la idea de que el ser humano es totalmente respetable y que, en caso de delito grave, no es posible prolongar indefinidamente su condena sin menoscabar su dignidad. Personalmente, este razonamiento me parece sensato. Por supuesto, podríamos decir que la pena de muerte es aún peor, de hecho, 200 años más tarde, se dieron cuenta de que este era el caso. No obstante, la desaparición de la pena de muerte, tuvo como consecuencia en Francia el fuerte aumento de las largas penas: en 1981, había 200 personas condenadas a penas muy largas, hoy en día hay casi 2000. La paradoja es que pensaron que se podría sustituir la pena de muerte por una larga condena, lo que no tiene ni los mismos fundamentos ni las mismas “ventajas”.
Prison Insider. El pasado marzo, Natalie Kosciusko-Morizet propuso la instauración de una cadena perpetua efectiva, sin posibilidad de liberación, para los autores de actos terroristas. ¿Cómo analiza esta propuesta?, ¿piensa que algún día se implantará en Francia la reclusión perpetua, tal como la conciben los Estados Unidos?¶
JMD. Desde hace más o menos quince años estamos en una fase de indiscutible endurecimiento de las penas, lo que se refleja principalmente en el incremento de cerca del 66% de la población carcelaria de Francia. Este aumento se explica tanto por la multiplicación de las codenas cortas como de las condenas muy largas.
La opinión pública no comprende - porque no nos tomamos la molestia de explicarle - que la cadena perpetua no se traduce en la reclusión de por vida, así como tampoco comprende el sentido de la adaptación de las penas - porque tampoco intentamos explicarle la lógica de esta medida -.
Para la mayoría de ciudadanos, el estado mental del recluso es el mismo el día de su liberación que el día de su ingreso en prisión. Esto significa que las personas no creen que la prisión pueda favorecer la evolución de los individuos.
Entonces, el día en que el legislador - lo que sucederá algún día, ya que el curso de la historia va en ese sentido - adopte el principio de una pena efectiva, esto significará que el juez o el tribunal de ejecución de penas no tendrán ninguna relevancia, y que el principio de igualdad entre los justiciables se desvanecerá, puesto que estos penados, a diferencia de los demás, no podrán beneficiar de una medida de adaptación de la pena. Asimismo, se planteará el problema de la legitimidad de la sentencia - que es un principio constitucional - y se contradirá la posición del TEDH, que establece en su jurisprudencia que no se deben aplicar las penas incompresibles.
Prison Insider. ¿La instauración de una medida de retención de seguridad en 2008 no cierra aún más las puertas de los reclusos condenados a cadena perpetua?¶
JMD. La retención de seguridad consiste en mantener en un lugar cerrado, no en una prisión, sino en un centro médico especializado - que en realidad no lo es -, a las personas que hayan cometido delitos muy graves, en particular, agresiones sexuales. Las personas sujetas a esta medida son sobre todo el predador sexual, del que se dice que nunca se curará, o los reincidentes que han cometido varias violaciones - pese a que estadísticamente la reincidencia es totalmente insignificante -.
Prison Insider. Sin embargo, la reincidencia es un tema recurrente en los medios de comunicación que los políticos no dudan en tomar como argumento.¶
JMD. En efecto, los medios de comunicación enfatizan constantemente en la reincidencia y le dan proporciones exageradas. Y un solo caso hace la ley estadística. Infortunadamente, la retención de seguridad responde a los que piensan que “esas personas tienen que permanecer encerradas por el resto de su vida”, y confina al final de su pena, por un periodo indeterminado, a las personas que han cometido delitos particularmente graves.
Una comisión regional especializada compuesta por magistrados se encarga regularmente de determinar si la persona en cuestión sigue siendo peligrosa o no al final de su pena. La peligrosidad de una persona, una noción tan utilizada actualmente en nuestro procedimiento penal… no sé lo que significa.
Si bien algunos psiquiatras han aceptado definirla, otros prefieren no pronunciarse al respecto. En todo caso, esta es la manera en que se decide si una persona debe permanecer en retención de seguridad o no y, por tanto, esta medida no es más que otra forma de cadena perpetua. En conclusión, la reclusión de seguridad es un confinamiento que puede durar hasta los últimos días de una persona que ya ha purgado su pena.
Prison Insider. Para los magistrados y psiquiatras competentes, autorizar la salida de un violador o de un delincuente que ha cumplido su pena representa, en el contexto actual, una enorme responsabilidad. Los políticos, por su parte, sienten una gran presión cuando existe la posibilidad de que un conocido criminal sea excarcelado.¶
JMD. Nos encontramos en un juego terrible en el que nos fiamos de las apariencias. Pero ninguna persona se reduce a su apariencia ni tampoco a los actos que ha cometido, por más atroces que estos sean. Una violación es algo totalmente espantoso, aún así, creo que es necesario aceptar que las personas pueden avanzar y cambiar. Pero es importante que la prisión les de los medios necesarios para este cambio. En mi opinión, esta apertura de espíritu es un instrumento de lucha contra la reincidencia mucho más fiable que el hecho de mantener a las personas en prisión o en retención de seguridad, de manera indebida, hasta el final de su vida. Sin embargo, tanto la retención de seguridad como la cadena perpetua tienen la desafortunada característica de satisfacer inmediatamente la opinión pública, que se siente protegida de los actos de las personas que no desea tener cerca, por lo que es más sencillo favorecer la retención de seguridad, la cadena perpetua y las largas condenas, que realizar un trabajo lento, paciente y asiduo con una persona para incitarla a cambiar.
Vincent Rouvière¶
Con 60 años, habrá pasado casi 38 en establecimientos penitenciarios, un universo que conoce de memoria y que vive a su propio ritmo.
Larbi, los muros como único horizonte¶
PARA LARBI BELAÏD, la vida fuera del mundo penitenciario se resume a un puñado de años. Solo cuatro en las últimas tres décadas. Para mí, el mundo exterior está en las postales o son estancias de duración determinada, describe este hombre de figura seca y apariencia discreta.
Con 60 años, habrá pasado casi 38 en establecimientos penitenciarios, un universo que conoce de memoria y que vive a su propio ritmo.
Un “animal de cautiverio”¶
De su infancia, Larbi recuerda las casuchas alineadas, “entre las vías del tren y el vertedero” de la barriada de Lyon ; así como a sus hermanos y hermanas, de los que recuerda con dificultad cuántos murieron a causa del frío o las enfermedades. Cinco, titubea. Una infancia marcada por “pillajes” que lo llevaron a la correccional cuando apenas tenía 13 años. Era una guardería, bromea. En ese entonces ya cantábamos en uniforme, como los presos. Rostros cruzados en la adolescencia, que regresarían de vuelta a las celdas.
Mucho antes de alcanzar la mayoría de edad, Larbi fuga varias veces y comete asaltos que lo llevarán a prisión. Con apenas 18 años cumplidos, su futuro se define por las sentencias de larga duración: 12 años de prisión por robo, enseguida, una condena a perpetuidad por un asalto que salió mal durante el año que vivió huyendo y en el cual un cartero perdió la vida. Este suceso alimentó la prensa en la década de 1980, pero Larbi Belaïd no quiso minimizar su acción. Nunca estuve orgulloso de lo que hacía, cuenta. Soy el primero que lo lamenta. Durante la audiencia, primero me dirigí a su padre para decirle que nunca desee la muerte de su hijo. Pero las lamentaciones son inapropiadas y asumo mi acto. He pagado y continuaré haciéndolo.
Siempre he vivido encerrado, soy un animal de cautiverio, señala el sexagenario. Los días empiezan con el único paseo diario autorizado. La puerta se abría a las ocho, regresaba una hora más tarde y después estaba todo el tiempo en la celda. En cambio ahora, las reglas han cambiado, uno se puede pasear dos veces al día. El hombre se refugia en el deporte y la literatura. Dejé la escuela cuando tenía 11 años. Cuando estuve detenido, empecé a leer todos los clásicos. Comenzó por la letra “A”. ¿Su primer encuentro con la escritura? Robinson Crusoe, me sentía solo. Lo estaba. Y la escritura me permitía partir, descubrir otros mundos.
Larbi a menudo tomaba el papel de “hermano mayor”, para “ocuparse de los amigos”. Sin embargo, su perfil de cabecilla hizo que la mayoría de veces estuviera separado.
Una semana después de su condena a perpetuidad, un intento de fuga provocó que cayera y se incrustará el pecho en las rejas metálicas instaladas en los muros de la prisión Saint Paul. Se salvó de “milagro” después de un período en cuidados intensivos y terminó castigado por 45 días.
Es como estar encerrado en un armario, pero de cemento. En ese lugar, a uno lo tratan como a una fiera. Pero no me molestaba estar ahí.
Una larga pena de reclusión hace que uno rompa lazos con la humanidad. El hombre te parece un cobarde en el que no puedes confiar. Las personas no son de confianza, es lo que se te impone al interior, está muy arraigado… el lazo está roto.
Desde su celda, Larbi ha visto salir a aquellos que compartieron su suerte. Condenados a cadena perpetua o a largas penas. Pero él permanece, como si nada controlara el tiempo.
Desde sus primeras entradas en prisión, Larbi decide prolongar los muros que lo separan del resto del mundo y no desea establecer lazos con sus allegados. Sin duda, para enterrar, con un poco de anticipo, las falsas esperanzas.
Cuando fue encarcelado en 1984, después del asalto por el que recibiría su condena a perpetuidad, Larbi huye con su pareja, quien apenas había quedado embarazada y que intentó mantenerse en contacto. Rechacé que viniera a todas las cárceles, pero ella insistía, explica. Yo sabía que los lazos terminarían por romperse y rechacé dar noticias. Ella lo tomó mal. Los traslados decididos por las prisiones hicieron el resto. La última vez que vi a mi hija, ella debía tener 3 años. Para ella, yo era un innombrable, resume. Prefirió que su madre, una “gran madre”, pudiera rehacer su vida. Su hija pasó al otro lado de las rejas al iniciar una carrera en la policía, antes de preferir la enseñanza.
Larbi tendrá otra hija, fruto de la relación que inició al salir de prisión en el 2009. Un nuevo intervalo de vida que será interrumpido tres años más tarde, una vez más, por una reclusión.
Estábamos a un lado de la vida, más que en ella. Intentamos tener una vida normal, como los otros, pero no era para nosotros.
Desde su celda, Larbi ha visto salir a aquellos que compartieron su suerte. Condenados a cadena perpetua o a largas penas. Pero él permanece, como si nada controlara el tiempo, hasta el término de su período de seguridad, fijado en quince años. Él tuvo que esperar una década más, pero la prisión estará siempre ahí, como un testigo permanente. Uno no la abandona nunca.
Para mí, la relación entre la muerte y la prisión es la misma
Su noción del tiempo está definida por la que conoció en prisión, así como su relación con los otros. Lo primero que hizo al salir, tras su condena de 25 años, fue ir al cementerio de Nancy.
No había nadie, tuve la impresión de estar otra vez en la cárcel, afirma. Para mí, la relación entre la muerte y la prisión es la misma. En esta vida, él sabe que no encontrará nunca más su lugar. En junio pasado, Larbi fue condenado nuevamente a seis años de prisión por un asalto que siempre negó. Un paso entrecortado por el exterior.
Anne-lise Fantino¶
Italia
Carmelo Musumeci : una jornada particular¶
“A menudo, más vale que el recluso no tenga un pensamiento autónomo y que siempre esté de acuerdo con su verdugo. Sin embargo, el recluso tiene tantas cosas que transmitir y comunicar! “Así habla Carmelo Musumeci, 57 años, condenado a cadena perpetua y recluido desde hace 22 años en la cárcel de Spoleto en Umbría, centro de Italia.
Autodidacta, en 2011 obtuvo un máster en Derecho de la Universidad de Perugia. Es aquí que Daniel Bouy y Mattéo Giouse lo entrevistaron para Prison Insider, con motivo de uno de sus raros permisos de salida.
Antigone
Asociación de protección de derechos y legalidad en el sistema penal
La asociación Antigone es correspodansal de Prison Insider en Italia. Patrizio Gonella, presidente, hace un balance sobre la situación dentro de las cárceles italianas y luego da su opinión respecto a la cadena perpetua.
Es lo que se llama el ergastolo ostativo, o “perpetuidad real”, a la cual están sometidos entre 500 y 600 presos italianos, de los 1500 condenados a perpetuidad
"Nuestro combate contra la cadena perpetua"¶
Prison Insider. ¿Qué justificó en Italia la implementación del ergastolo ostativo, o “perpetuidad real”, y con qué fines?¶
Antigone. El ergastolo ostativo fue instaurado a raíz de los atentados mafiosos perpetrados a comienzos de los años 1990 en los que los jueces Falcone y Borsellino fueron asesinados. En realidad, el debate acerca de las condiciones de encarcelamiento y de acceso a las medidas alternativas había comenzado antes de estos eventos. La ley “Gozzini” adoptada en 1986, preveía que todos los reclusos (incluidos los condenados a perpetuidad, y cualquiera fuera la naturaleza de sus crímenes), cuyo buen comportamiento fuera demostrado, podían gozar de medidas alternativas, ya sea al inicio de su condena o tras haber purgado una parte. Esto permitía a los condenados a perpetuidad acceder con mayor rapidez a la semilibertad, luego a la libertad condicional. Era una ley muy progresista, que se votó en un contexto en el que se pensaba que el terrorismo había sido erradicado.
Antes, en los años 1970 y 1980, se plantearon numerosos límites a las modificaciones de las condenas, en reacción a la lucha armada terrorista.
La ley Gozzini de 1986 fue cuestionada desde su promulgación por algunas personas que la consideraban demasiado permisiva. Luego de los atentados mafiosos de 1991, Italia atraviesa un difícil momento histórico: fin de la primera República, una serie de investigaciones sobre la corrupción de la clase política italiana. En este contexto, se emprendió una reforma constitucional que preveía condiciones más restrictivas para conceder el indulto o la amnistía. En efecto, ahora es necesario obtener el acuerdo de dos tercios de los diputados, mientras que antes bastaba con el 51%. Al expresar cierta intransigencia, la clase política en crisis trata de conservar una imagen íntegra.
En el mismo orden de cosas, dos dispositivos legales vinieron a endurecer el reglamento penitenciario italiano:
el artículo 41 bis del código penitenciario prevé la aplicación de un régimen particularmente duro para los reclusos condenados por asociación criminal de tipo mafioso. Este régimen, que se fija caso por caso por decreto ministerial, prevé el aislamiento por un periodo supuestamente determinado, pero que, en realidad, el ministerio puede renovar varias veces.
De hecho, hoy en día, hay internos puestos bajo un estricto régimen penitenciario ¡desde 1991! En la actualidad, en Italia, se contabilizan entre 600 y 700 personas bajo este régimen. En la inmensa mayoría de los casos, estos reclusos fueron condenado por crímenes mafiosos, y solo algunos purgan una condena en razón de un crimen vinculado al terrorismo internacional. Cuando se habla de crímenes mafiosos, nos referimos a todas las mafias italianas: siciliana (Cosa Nostra), napolitana (Camorra), calabresa (Ndrangheta), de Apulia (Sacra Corona Unita).
El artículo 4 bis del código penitenciario prevé que todos los que fueron condenados por crímenes organizados (infracciones frecuentemente ligadas a las actividades mafiosas como el robo a mano armada, el secuestro, la extorsión, el terrorismo internacional, fueron añadidos más adelante) solo pueden gozar de medidas alternativas a condición de que colaboren con la justicia, incluso en casos de comportamiento irreprochable. Ahora bien, algunos reclusos no pueden o no quieren colaborar, o su colaboración no se estima útil. Así, estas personas son condenadas a permanecer en prisión toda su vida. Es lo que se llama el ergastolo ostativo, o “perpetuidad real”, a la cual están sometidos entre 500 y 600 presos italianos, de los 1500 condenados a perpetuidad.
Esta situación generó el problema de las “colaboraciones no exigibles”, que concierne a los reclusos que no tienen o dejan de tener información útil; en tal caso, una derogación al artículo 4 bis es teóricamente posible. Por ejemplo, Carmelo Musumeci, encarcelado desde 1992, fue el primero en gozar de tal derogación, al no tener más información útil sobre el grupo criminal al que pertenecía 1, puesto que este había sido completamente desmantelado. Es un primer caso que podría abrir la vía a la jurisprudencia para los casos de colaboración no exigible.
Prison Insider. ¿En qué etapa se encuentra el debate político sobre la cuestión de la cadena perpetua en Italia?¶
Antigone. En este momento, no hay ningún debate, la última vez que se presentó una propuesta de ley para la abolición de toda forma de encarcelamiento a perpetuidad fue en 1998. Sin embargo, en este momento existe un debate sobre la reforma del reglamento penitenciario, lo que podría tener consecuencias sobre la cuestión del ergastolo ostativo. En 2013, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a Italia en razón de las “condiciones de reclusión inhumanas y degradantes”, causadas por la sobrepoblación (fallo Torreggiani, 2013). Por lo tanto, Italia tuvo que implementar medidas que apuntan a reducir el número de reclusos, a mejorar sus condiciones de reclusión y a garantizar sus derechos. El Gobierno presentó una propuesta de reforma del reglamento penitenciario que comprende 12 artículos relativos a áreas tan diversas como el trabajo, la sexualidad, los menores, los extranjeros o los derechos religiosos…
La asociación Antígona participó en este proyecto presentando propuestas para mejorarlo. En este contexto, el Gobierno tomó en consideración las propuestas de algunos universitarios involucrados en la elaboración de la reforma, y propuso abolir el artículo 4 bis. Tal disposición habría devuelto a los jueces la autoridad para conceder la adaptación de pena a los reclusos condenados por asociación de delincuentes, y conllevado la desaparición del ergastolo ostativo. Pero en cuanto este texto llegó al Parlamento, las reacciones negativas no se hicieron esperar. Por lo tanto, el proyecto de ley fue modificado en una mala dirección y se mantuvo la prohibición de la adaptación de pena para las personas condenadas por delitos relacionados con la mafia y el terrorismo. Actualmente, la reforma está en discusión en el Senado, pero dado que los partidos gubernamentales disponen de una débil mayoría, su aprobación no es segura.
Prison Insider. ¿Cuáles son los objetivos, las acciones, el posicionamiento y la organización de Antígona?¶
Antigone. La asociación Antígona como tal existe desde hace 25 años. Pero, en realidad, su historia comenzó en los años 1980, durante la época del terrorismo, en forma de revista dedicada a la crítica del estado de urgencia y de las evoluciones autoritarias del sistema penal.
Actualmente, nuestra actividad consiste en desarrollar propuestas políticas e iniciativas culturales, y en hacer lobby ante el Parlamento a fin de obtener más garantías en cuanto al respeto de los derechos humanos en los sistemas penales y penitenciarios. Por una parte, nos ocupamos de todo lo que concierne los procedimientos, los derechos fundamentales y los reglamentos penitenciarios, tanto a nivel nacional como internacional, y en particular, europeo ; por otra parte, realizamos un trabajo de campo - a través de nuestras 12 filiales regionales -, que se articula alrededor de cuatro ejes:
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un observatorio nacional sobre las condiciones de reclusión, que existe desde 1998 y que trabaja en colaboración con el OIP (Observatorio Internacional de las Prisiones) de Lyon. Los miembros de este observatorio, que son aproximadamente 60, están autorizados a visitar las prisiones italianas para adultos y para menores, a fin de llevar una actividad de observación. Desde hace algunos años, también tenemos la autorización de filmar. Cada año, presentamos nuestro informe anual sobre la situación de las cárceles italianas 2.
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Una oficina de “defensa cívica de las personas privadas de libertad” compuesta de jóvenes abogados. Recibimos de 20 a 30 informes por semana provenientes de todas las regiones italianas. Tratamos estas solicitudes, respondemos e intentamos aportar nuestra ayuda, yendo incluso a los litigios cuando es necesario. Trabajamos a escala nacional e internacional y a veces entablamos recursos ante el TEDH. Por supuesto, se trata de problemáticas de ejecución penitenciaria; nosotros no intervenimos durante los procesos.
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Ventanillas de información jurídica en algunas prisiones italianas, con abogados y médicos, a menudo, en colaboración con universidades.
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Un trabajo de investigación a escala nacional e internacional, esencialmente en el marco del Observatorio Europeo de las Prisiones, compuesto de 8 colaboradores.
Tenemos un pequeño equipo de cuatro personas, que se encarga de administrar y coordinar todo, pero nuestras actividades son dirigidas por decenas de voluntarios que se involucraron en la asociación a lo largo del tiempo. Recibimos muchas solicitudes de voluntariado que no siempre podemos aceptar, a falta de plazas. La asociación cuenta con 300 adherentes. Está subvencionada por fondos de la Unión Europea y por privados.
Ver nuestra entrevista con Carmelo Musumeci. ↩
Antígona es una de las asociaciones corresponsales de Prison Insider. Leer el informe anual 2015 de Italia. ↩
Agnese Pignataro¶
El populismo penal nos aguarda. Nuestro trabajo consiste en difundir información de calidad para evitar que la situación se agrave.
“Mi prisión es una tumba para enterrados vivos”
La primera carta de Marcello Dell Anna¶
MARCELLO DELL’ANNA pasó la mayor parte de su vida en prisión. Fue condenado a la pena del ergastolo ostativo (prisión a perpetuidad sin posibilidad de adaptación) a la edad de 23 años, cuando era uno de los jefes de la Sacra Corona Unita (mafia italiana fundada en la región de Apulia).
Hoy, a sus 49 años, está recluido en la prisión de Badu’e Carros en Nuoro, en Cerdeña. El recluso aceptó el principio de intercambio de correspondencia con la periodista suiza Laurence Bolomey y de una publicación regular de sus cartas en el sitio de Prison Insider.
Querida Laurence,
Recibí tu carta con un inmenso placer y espero que no me odies por este enorme retraso en responderte. Me permito utilizar el “Tú”, no por falta de respeto o interés en entrar en una relación confidencial contigo, sino porque se trata de una forma más cómoda, más directa. Pero volveré al “Usted”, si lo deseas.
Tomo nota de tu formación periodística y estoy feliz de iniciar esta correspondencia y emprender este proyecto para, yo diría dar la palabra a los que, en esta clase de lugar, no la tienen. Y sobre todo para dar a conocer una condena que está en vigor en Italia y que tiene algo de absurdo, el ergastolo ostativo. El Papa Francisco la llama “pena de muerte disfrazada”.
Antes de continuar, deja que me presente. Nací en Nardo, una ciudad en la provincia de Lecce, situada en la región de Salento, al sur de Apulia. Mi domicilio hasta ahora se llama “prisión”. Aquí he pasado 28 de mis 49 años de vida. Estoy detenido de forma ininterrumpida desde hace 24 años. Purgo una condena a perpetuidad; no una perpetuidad en el sentido común del término sino su variante ostativa. Estoy casado y tengo un hijo de 28 años. Soy un recluso que tiene un verdadero interés en los estudios y un gusto por la escritura. Durante estos años de reclusión, recibí varias recompensas y premios, atestaciones de mérito y de cualificación profesional, diplomas de escuela superior y un diploma universitario en Derecho, obtenido en 2012 con nota máxima, título por el cual recibí de igual manera una distinción por parte de la Dirección de la penitenciaria de Spoleto. He escrito algunos libros y diversos documentos jurídicos.
A menudo me viene a la mente que, en el fondo, cuando formas parte de los condenados a perpetuidad, el hecho de convertirte en una persona diferente, mejor, solo tiene una importancia secundaria, porque igual sigues siendo un condenado para siempre. Hoy, hay que decirlo, para nosotros, reclusos a perpetuidad ostativa, la cárcel es una tumba para enterrados vivos. Tienes el sentimiento de ser un desecho de la humanidad, que vive fuera del ciclo natural. El ergastolo ostativo nos condiciona, nos deshumaniza, nos cambia, nos desintegra física y psicológicamente. En efecto, ya no llevamos el uniforme a rayas, o la camisola blanca, sino solo un número de identificación en la boina, pero, desgraciadamente, la realidad sigue siendo la misma. Cada uno de nosotros es un número, a veces, solo un expediente. Si entraras en el antro de esta condena infernal, lograrías captar una atmósfera triste, irreal, en la que nosotros, los reclusos ostativi, nos movemos como robots. Los ritmos, las costumbres, las fronteras existenciales son alterados. Todo es modificado por esta realidad que está a años luz del proceso cotidiano normal.
La prisión a perpetuidad ostativa modifica todo. Tu ser, tu sonrisa, tus pensamientos, tu manera de caminar, amar, creer, esperar o soñar… El ergastolo ostativo es responsable de la usurpación humana y social del hombre. Esta condena representa un tipo de experimentación de la regresión. La realidad cotidiana está llena de desolación. Es un simulacro de vida, que provoca profundas laceraciones psicológicas. A menudo se convierte en criminógena. Embrutece, casi siempre.
“La falta de esperanza” y la “consciencia de morir en prisión” se convierten en las dolorosas raíces del deterioro del hombre, del envejecimiento de las emociones. Por consiguiente, es fácil imaginar el estado mental de la gente, que está consciente que un día atravesará, en efecto, el portal de la prisión, pero con los pies por delante. Vemos que todo se desploma a nuestro alrededor. Percibimos, con fuerza, este hundimiento, esta angustia, un vacío existencial. Y por si fuera poco, el remordimiento. Y el remordimiento domina.
Más allá de los barrotes y del hormigón, nosotros ergastolani ostativi, ya no nos sentimos humanos. La prisión se perfila como el lugar de nuestra devastación total. Las cosas que nos suceden, los sentimientos, las emociones, los temores y la esperanza, el odio y el amor, proponen extraños contornos de irrealidad, que se convierten en señales de alarma. Cada uno de nosotros vive como un hombre acorralado. Personalmente, yo me siento sobre todo rechazado, vomitado por la sociedad.
A partir de ahora soy otro. Alterado, deformado, violentado en mis bases esenciales, a partir de ahora soy un cuerpo que envejeció de forma acelerada, un rostro anónimo, una mirada apagada, que se extiende hacia el vacío.
Y somos pocos los que reaccionamos, los que podemos resistir y vencer este monstruo. Muchos sufren. Hay que decir que en cada sistema penitenciario existe una contradicción de fondo, por una parte, está la pretensión de enseñar al recluso un modo de vida que le permitirá comportarse de manera adecuada en el mundo libre. Y por otra, este mismo recluso está obligado a vivir “durante toda su vida” en una prisión que es la antítesis de este mundo libre. El hecho de vivir esta condena crea una particular percepción de sí mismo, la de “una persona privada de todo derecho”. Nos encontramos en una situación de falta de autodeterminación.
Y sin embargo, algunos de nosotros, luego de decenios de encarcelamiento, luego de haber muerto en sus faltas, luego de haber compensado en cierto modo a la sociedad a través de la dureza de su condena, están conscientes de ser seres nuevos, “nacidos” de sus propias cenizas, que descubren una confianza en su propio valor de ser humano. La Constitución da la impresión de creer en este renacimiento, pero de hecho, no lo hace en nada. Para nuestras instituciones, parece que debíamos seguir siendo los mismos para siempre, morir culpables de un error ya pagado por la pérdida de nuestra juventud, de nuestra edad madura…pagado con nuestras vidas y la de nuestros allegados.
El cambio es accesible a todos y un estado democrático debería dar siempre una segunda oportunidad, sobre la base de hechos objetivos, relativos a un proceso reeducativo concreto. Este cambio, varios de nosotros lo hemos experimentado porque hemos tenido el valor de cuestionarnos, tomando distancia, decididamente, con el mundo del crimen, porque hemos alcanzado un nivel de madurez que no nos permite olvidar un sólo instante el dolor que hemos infligido a las víctimas de nuestros actos.
Para concluir, me gustaría decir que no se puede negar la libertad a un hombre, basándose únicamente en un acto que se remonta, generalmente, a decenios. Para mí, es injusto que un recluso, para pagar su deuda con la sociedad y obtener la adaptación de su pena, tenga que denunciar a personas que podrían vengarse haciendo daño a sus seres queridos. No creo que esta sea la manera apropiada de enmendar el dolor que hemos infligido.
La sociedad tiene derecho a esperar el regreso de personas que cambiaron, de individuos mejores, reintegrables y respetuosos de las leyes y de las reglas sociales, y no de arrepentidos que habrían intercambiado su libertad por confesiones, a veces dudosas, pero hábilmente preparadas, y que, en el fondo, seguirían siendo criminales, peligrosos asesinos con todo lo que eso implica de perjudicial para la sociedad. Apoyo este argumento basado en mi propia experiencia, en la evolución y la metamorfosis de una “persona nueva” que ya no piensa como un recluso ostativo. Y le devuelvo una pregunta hecha por un célebre abogado, a ustedes ciudadanos suizos, franceses, europeos, a ustedes, Señores, los abogados e institucionales: “¿Cómo es posible tolerar un sistema en el que se niegan los derechos humanos a los condenados? ¿Qué acepción de la humanidad les dejarán a sus hijos si tienen que explicarles que en Italia hay un monstruo llamado ergastolo ostativo que absorbe a quienes han fallado y que hace purgar una condena multiplicada a las personas privadas de su libertad? ¿Con qué corazón les dirán que en este país, “cuna de la civilización y de los derechos”, existe un sistema que encierra vivos a los seres humanos y que les quita hasta su dignidad?
Querida Laurence, espero haber respondido a tus preguntas de manera exhaustiva y comprensible. Te escribí lo que siento en mi corazón porque se trata de observaciones auténticas, de las que padezco cada día en carne propia. Estaré feliz de saber tu opinión y en la espera de recibir noticias tuyas, te saludo cordialmente.
Marcello Dell’Anna¶
Honduras
La segunda escala de Prison Insider se hace en Honduras. Este pequeño país de América Central ha implementado, desde hace algunos años, una estricta política securitaria que hace que hoy se pueda concevir la posibilidad de aplicar de la cadena perpetua.
Honduras promueve literalemente el hacinamiento, a través de una política de encarcelamiento masivo que envía en promedio a 20 personas a la cárcel diariamente
Cadena Perpetua, retroceso penal en Honduras¶
Endurecer las penas, suprimir las medidas cautelares para 21 delitos incluyendo el asesinato, e impulsar reformas para implementar la cadena perpetua, ha sido parte del disuasivo social a través del cual el Estado de Honduras, durante los últimos cuatro años, ha buscado reducir la criminalidad que la ha situado entre las naciones sin guerra con más altos índices de muertes violentas en el mundo.
De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Honduras tiene una población de 8.7 millones de habitantes. Dieciséis mil de estos se encuentran en la cárcel, según registros del Instituto Nacional Penitenciario (INP). El Diputado del Congreso Nacional, Tomás Zambrano, presidente de la Comisión de Seguridad legislativa, es promotor y defensor de la cadena perpetua, asegurando que es necesaria. “Si un delincuente secuestra a un ciudadano y lo asesina, al ser hallado culpable por la Justicia, debe ser condenado a prisión de por vida, igual se debe proceder en casos de extorsión agravada. Esas reformas ya las hemos hecho”.
Para el exjuez de Sentencia y catedrático universitario en Derecho Penal, abogado Ramón Barrios, con la cadena perpetua no se estaría logrando el objetivo previsto al mandar a una persona a la prisión: “Mandar a una persona que ha sido condenada por cualquier delito a perpetuidad es ir en contra de uno de los principios de la cárcel, que es regenerar a los individuos condenados para reintegrarlos a la sociedad”.
La Constitución de Honduras en el artículo 87, plantea: “Las cárceles son establecimientos de seguridad y defensa social. Se procurará en ellas la rehabilitación del recluido y su preparación para el trabajo”.
###Reforma
Antes del año 1997, la Constitución de Honduras no contemplaba la aplicación de la cadena perpetua; fue a raíz de una reforma hecha en ese mismo año, tras el secuestro y asesinato del hijo de un reconocido político, expresidente de Honduras, Ricardo Maduro (2002-2006), que el Congreso Nacional modificó el artículo 97 de la Constitución, que establecía: “Nadie podrá ser condenado a penas perpetuas”, reformándolo a: “Se establece la pena de privación de la libertad a perpetuidad”.
A partir de ahí, son varias las sentencias dictadas en los Juzgados, que por la suma de delitos, condenan a una persona a toda una vida en prisión. Para el Doctor en Derechos Humanos, Joaquín Mejía, con la cadena perpetua “se pretende regularizar una teoría que no está plasmada como tal en el Código Penal, pero que en la práctica durante las dos últimas décadas se ha venido aplicando”.
###Contradicción
Aunque la Constitución de la República de Honduras ya estipula la cadena perpetua, hay una contradicción con el Código Penal vigente, el cual en los artículos 35 y 66 establecen que “las penas acumulables no podrán exceder de treinta años” y, “en el caso que el delito esté penado con privación de la libertad por vida, se les aplicará de 20 a 30 años de reclusión”. “Nadie puede estar en prisión de por vida”, expresó Ramón Barrios.
El diputado Tomás Zambrano, miembro del gobernante Partido Nacional, dijo que se ha comenzado a socializar un nuevo Código Penal, por este tipo de ambigüedades, “buscamos aprobar uno nuevo para borrar todas esas contradicciones de la actual Ley”.
Pese a esta “ambigüedad” como la llama Zambrano, durante los últimos tres años, congresistas han aprobado reformas de ampliación de penas a los artículos 116, 221, y 322 de la Ley Penal para delitos de Magnicidio, (Asesinato de presidentes de los tres poderes del Estado), operadores de justicia, miembros del Consejo de Seguridad Nacional y diputados, cuyas sentencias van desde los 40 años hasta la privación de libertad de por vida.
Como ejemplo, cumplen cadena perpetua, desde junio del 2014, en la Penitenciaría Nacional de Máxima Seguridad Marco Aurelio Soto, tres hondureños: Los hermanos Osman Fernando y Edgar Francisco Osorio Arguijo, y Marvin Alonso Gómez, condenados por secuestro agravado en perjuicio del periodista Alfredo Villatoro, secuestrado el 9 de mayo de 2012 y encontrado sin vida el 15 de mayo del mismo año. Estos tres hondureños se sumaron a la población penitenciaria que en el país ronda los 16 mil privados de libertad, aunque las 24 cárceles de Honduras sólo tengan capacidad para 8 mil, según información del INP; representando una tasa de ocupación del 200 %, que obliga a los presos a purgar condenas en condiciones infrahumanas que atentan contra los derechos humanos.
###Retroceso
“Yo estoy en contra de la cadena perpetua, por la mala investigación y las condiciones carcelarias” dijo la jueza de Ejecución del Poder Judicial, Mildred López, quien sustenta su posición aduciendo que “si una persona es condenada a vivir de por vida en una prisión, no tendrá motivación para cambiar su conducta y se pierde el objetivo constitucional de la pena. Lo que tendremos es un hombre más resentido con la sociedad y una carga para el Estado“, indicó.
Es una situación incómoda para el Sistema Penitenciario hondureño, donde han perdido la vida en hechos trágicos unos 600 reclusos desde el año 2002, por amotinamientos, enfrentamientos entre pandillas e incendios (361 muertes, el 14 de febrero del 2012, en un incendio en la Granja Penal de Comayagua a 100 km de la capital Tegucigalpa, según datos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos).
Zambrano explicó que, en el nuevo Código Penal, certificarán una cadena perpetua revisable después de los primeros 30 años de prisión del recluso, “pero es necesario que cumpla la máxima pena como consecuencia de sus actos delictivos” afirmó.
Pero esta explicación no calma los ánimos. Joaquín Mejía asegura que se promueve “un retroceso en materia penal, que implica dejar a un lado el derecho de las personas a ser rehabilitadas. Por lo tanto, cuando un Código Penal establece la cadena perpetua está reconociendo que vulnera el principio básico del derecho penal liberal”, señaló. El diputado de la oposición Bartolo Fuentes está de acuerdo con la Cadena Perpetua, pero como una alternativa ante la pena de muerte, que en su momento fue rechazada en el país.
###Disminución de crímenes
En el 2015, Honduras registró 14 asesinatos diarios, una tasa de mortalidad de 60 por cada 100 mil habitantes, de acuerdo al último informe del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, OV-UNAH; 25.6 homicidios menos que el 2012.
Para Julieta Castellanos, rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), no hay forma de demostrar relación entre el endurecimiento de penas y la disminución de los crímenes, mucho menos decir que representa un impacto inhibidor en otros asesinos. Sin embargo, se mostró a favor de la cadena perpetua, “porque priva de la libertad a criminales que pueden seguir causando daño a la sociedad”, expresó.
El ex juez de sentencia, Ramón Barrios, recordó que “siempre que hubo aumento del número de homicidios, asesinatos y violaciones, la única medida de reacción del Estado ha sido aumentar las penas, pero históricamente vemos como la sociedad se ha vuelto más violenta y los crímenes fuera de las prisiones han continuado”.
Pero el Diputado Zambrano cree firmemente que implementar la cadena perpetua es un disuasivo real para frenar la ola de violencia: “Cuando un delincuente comete crímenes atroces le tiene que caer todo el peso de la ley acompañado de penas severas. Este tipo de penas existen en los países desarrollados y nosotros como Estado estamos en la obligación de implementarlas”, sentenció. Joaquín Mejía, es del criterio que promover la cadena perpetua debe ser considerado como “populismo penal”, porque utilizan el miedo generado por la violencia para adoptar medidas con efectos electorales inmediatos, enviando un mensaje a la población de que son un gobierno duro contra la delincuencia, por lo tanto deben volver a votar por ellos. “Eso no ayuda. Se requiere otro tipo de medidas como mejorar las condiciones de vida de la población”, agregó.
###Repercusiones
Honduras promueve literalmente el hacinamiento, a través de una política de encarcelamiento masivo, que envía en promedio a 20 personas a la cárcel diariamente, según datos del Comité Nacional de Prevención contra la Tortura (Conaprev).
“La cárcel no es un centro de rehabilitación donde la persona adquiere hábitos para reintegrarse a la sociedad, es todo lo contrario. Adquiere nuevas técnicas para cometer delitos y lejos de regenerarse sale con más resentimientos. Una cárcel en Honduras es sinónimo de una escuela del crimen”, aseguró Ramón Barrios.
“En estos momentos, en los que en teoría no hay cadena perpetua, y aún asi hemos visto tragedias en las cárceles,resultado del terrible hacinamiento, pensemos como será cuando ya esté legalizada”, expresa Mejía. Y agrega que “además se han adoptado otras medidas con impacto negativo, como el uso excesivo de la prisión preventiva, negando las medidas sustitutivas a la prisión en 21 delitos. Es en ese contexto que se pretende implementar la prisión de por vida”, señaló Mejía.
Estados Unidos
ESTADOS UNIDOS de América es uno de los pocos países que permite la cadena perpetua sin libertad condicional o, en otras palabras, un país en el que es posible encarcelar a hombres, mujeres y menores hasta su muerte. En el año 2012, 49 081 reclusos cumplían cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Entre ellos, 2 500 eran menores. Estados Unidos es el único país en el mundo que sentencia adolescentes a cadena perpetua sin libertad condicional. ¿Cómo explicar esta brutalidad institucional?
Jonathan Simon, profesor de Derecho en la UC Berkeley (University of California, Berkeley) y director del Centro para el Estudio de Derecho y Sociedad (Center for Study of Law & Society), responde a las preguntas de Prison Insider.
49 081
Número de personas condenas a una cadena perpetua efectiva en Estados Unidos en el 2012¶
La cadena perpetua es una manifestación del miedo presente en nuestra sociedad, el mismo que dio nacimiento a la era del encarcelamiento masivo.
Prison Insider. ¿Cuántas personas cumplen cadena perpetua en suelo Americano?¶
J.Simon. Antes de contestar a esta pregunta, necesitamos entender la noción de “encarcelamiento masivo” que elaboraré a partir de los siguientes tres puntos.
En primer lugar, los índices de encarcelamiento se han incrementado dramáticamente durante los últimos 40 años, pasando de 100 reclusos por 100 000 ciudadanos americanos en 1970, a 440 a principios del siglo 21. Hoy en día alcanzamos los 700 reclusos por cada 100 000 ciudadanos americanos. En segundo lugar, estos encarcelamientos afectan principalmente a grupos que ya se encuentran marginados por la sociedad americana, en particular, los afroamericanos, cuyos niveles de encarcelamiento siempre han sido superiores a los de los blancos o los latinos.
De acuerdo con el sociólogo de Harvard, Bruce Western, un tercio de los afroamericanos nacidos después de 1970 cumple una pena de prisión en algún momento de su vida. Esta proporción se duplica si solo se toman en cuenta aquellos que no han terminado la educación secundaria. Más del 90% de los individuos condenados a periodos de prisión muy prolongados pertenecen a las clases sociales más pobres.
Finalmente, existe una dimensión histórica en esto: mientras que hace medio siglo los tribunales consideraban el delito cometido en el contexto de los antecedentes penales del individuo, en la era del encarcelamiento masivo, estos antecedentes no influyen en la duración de la pena. Esto es a lo que llamamos encarcelamiento categórico, un encarcelamiento con el que también se aumentó la media de tiempo en prisión.
Por ejemplo, en 1970, el homicidio se penalizaba con entre 10 y 15 años de prisión. Hoy en día, estas penas van desde 30 hasta 40 años o más. Esta prolongación juega un papel crucial en la cuestión de la prisión perpetua.
Ahora, volviendo a su pregunta, de acuerdo con la ONG “The Sentencing Project”, en 2012, había 159 520 reclusos en suelo estadounidense que cumplían cadena perpetua. 49 081 de ellos no tenían derecho a libertad condicional. Entre ellos se encontraban 300 mujeres, el resto lo conforma la avasallante mayoría de hombres.
Prison Insider. ¿Ello significa que existen diferentes tipos de cadena perpetua?¶
JS. Podemos distinguir tres tipos de cadena perpetua. La prisión perpetua sin libertad condicional, que no ofrece ninguna posibilidad de recuperar la libertad, salvo en el caso de que un mandatario conceda el indulto.
Otro tipo de cadena perpetua es aquella sin “indicación” de la posibilidad de libertad anticipada. Algunos estados, como Florida, simplemente eliminaron este mecanismo, que podría reinstaurarse si los legisladores aprobaran una nueva ley. En este caso, los reclusos que cumplen cadena perpetua podrían recuperar la esperanza.
Finalmente, la tercera categoría consiste en la cadena perpetua con la posibilidad de libertad, cadena perpetua con libertad condicional. Pero los prisioneros que cumplen cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional casi nunca obtienen la libertad condicional debido a las potestades administrativas. Estas potestades son controladas por las fuerzas políticas que fundan su credibilidad en la defensa de medidas más represivas contra la criminalidad.
Prison Insider. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) explica que para que la cadena perpetua no se considere como tortura, debe existir una perspectiva de liberación, aun cuando se la contemple en el largo plazo y bajo condiciones estrictas…¶
JS. De hecho, el factor más importante para que una pena de prisión no sea degradante, es la esperanza. Si muchos reclusos no tienen la esperanza de una liberación temprana, la psicología global de la prisión se altera y nacen las pandillas. Si un recluso no tiene ninguna posibilidad de salir algún día de prisión, no existe razón para tener un buen comportamiento. Si no existe la expectativa de un futuro, la persona intentará maximizar el poder y el placer, aun dentro de la misma prisión.
La dinámica entera de la prisión cambia cuando, en el mismo establecimiento, entre el 10 y el 15% de los presos han sido condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad.
Los reclusos que no tienen nada que perder y nada que esperar son muy peligrosos. A menudo, los guardias lo sienten… y por eso los envían a confinamientos solitarios. La cadena perpetua sin libertad condicional seguramente tiene efectos múltiples en los individuos, pero también tiene un enorme impacto moral y cultural en las prisiones americanas.
Prison Insider. ¿Qué les sucede, a nivel psicológico, a los reclusos? ¿Existe un incremento en los casos de depresión o descompensación?¶
JS. Las estimaciones muestran que alrededor del 40 % de los internos sufren de alguna enfermedad mental significativa. Sin embargo, tenemos buenas razones para creer que los números reales son más altos, ya que las prisiones se encuentran abarrotadas y no se puede proporcionar cuidado psiquiátrico adecuado a toda la población carcelaria. Por lo tanto, existe una alta probabilidad de que entre el 20 y el 30 % de los reclusos con enfermedades mentales no estén diagnosticados. Los condenados a cadena perpetua, que representan alrededor del 10 % de la población carcelaria en Estados Unidos, comprenden entre el 25 % y el 30 % de todos los enfermos mentales. Este subgrupo se encuentra particularmente afectado. Un gran número de reclusos desarrolla una enfermedad psiquiátrica durante su estancia en prisión debido a la duración del encierro, que genera una mezcla de aburrimiento, miedo y estrés. En prisión, existe un entorno amenazante en el que si bien los verdaderos incidentes de violencia ocurren raramente, permanentemente se percibe una violencia latente, a punto de estallar.
Hace poco, la tasa de ocupación en California se encontraba entre el 200 y el 300 %. La sobrepoblación y la falta de privacidad contribuyeron al aumento de las enfermedades mentales y de los suicidios.
En comparación con otros países, la población de las cárceles americanas comete el doble de suicidios.
Prison Insider. ¿A qué se parece la vida diaria de un preso condenado a cadena perpetua?¶
JS. En los Estados Unidos, las reglas esenciales que vinculan a los estados en términos de políticas carcelarias son decisiones constitucionales de la Corte Suprema. Estas decisiones se basan en principios generales que solo tienen un impacto limitado en la real jurisdicción de cada estado. Por lo tanto, hay inmensas diferencias entre los estados con respecto a la familia, el acceso a las visitas, los programas de educación, el nivel de sobrepoblación, etc. Lo que es seguro es que los reclusos encarcelados para siempre, difícilmente tienen algún acceso a programas de rehabilitación.
Prison Insider.¿Cuál es el coste de un recluso condenado a cadena perpetua?¶
JS. Varios proyectos de ley apuntan a reemplazar la pena capital con sentencias de por vida con el pretexto de que la última cuesta menos. Esto es cierto en la medida que los costes legales acarreados por la ejecución de un ser humano son demasiado altos. Sin embargo, mantener a una persona en prisión por el resto de su vida ocasiona también costes significativos, en particular con respecto a la salud. Esto es particularmente importante a medida que la población carcelaria envejece y el tiempo en prisión se incrementa.
Muchas personas piensan que los reclusos trabajan y se ejercitan todo el día…Pero en realidad, ellos llevan una vida sedentaria, tienen sobrepeso y sufren de enfermedades como diabetes, hepatitis, cáncer, SIDA y afecciones cardiovasculares. Como resultado, el importe promedio anual por recluso oscila entre $40 000 y $50 000.
Estos costes se incrementan de entre $100 000 y $200 000 a medida que los internos llegan a los 50, 60 o 70 años (la mayoría de ellos vivirá más tiempo). Otra vez, veamos el ejemplo de California: en el 2012, un tercio de los presos tendrá al menos 55 años de edad y los costes relacionados con la salud oscilarán entre dos mil y tres mil millones de dólares.
Prison Insider. Si entiendo correctamente, ¿ciertos opositores a la pena de muerte proponen reemplazarla por sentencias de por vida como el máximo castigo?¶
JS. Sí, este es el colmo de la ironía. La pena de muerte y las sentencias de por vida son dos elementos esenciales que diferencian la política carcelaria de los estados. Tradicionalmente, aquellos que no aplican la pena de muerte tampoco contemplan la cadena perpetua debido a que no tienen un nivel máximo de castigo. En estos estados, todos los presos tienen la posibilidad de libertad condicional en algún momento de su pena. Recientemente, sin embargo, muchos de estos estados adoptaron la cadena perpetua por temor a parecer demasiado indulgentes con respecto a otros estados. Desde otra perspectiva, los estados favorables a la pena de muerte, tales como Texas, adoptan cada vez más la cadena perpetua.
Tras considerar todos estos factores, pienso que el incremento de las cadenas perpetuas se debe más a razones políticas que económicas. Pese a que, como ya hemos detallado, estas penas tienen un gran impacto financiero. No obstante, en este sentido aún queda una esperanza, ya que Estados Unidos se encuentra actualmente en un periodo de reformas. La crisis del 2008, entre otras, debilitó significativamente los estados a nivel presupuestal. Pero los estados son también los más grandes pagadores de los gastos que implican estas largas condenas. En otras palabras, como hemos explicado anteriormente, los reclusos de edad avanzada son los más caros aunque son los que tienen menos probabilidades de reincidir. Por consiguiente, existe un gran interés en liberar a estas personas si el objetivo es reducir los gastos de los estados sin arriesgar demasiado el orden público.
Prison Insider. Las sentencias de por vida impuestas a los menores son particularmente chocantes. ¿En algún momento se han puesto en tela de juicio estas condenas?¶
JS. Desde Graham vs Florida (2010) y Miller vs Alabama (2012), la Corte Suprema ha decidido que los menores que no han cometido homicidio no deben ser condenados de por vida, en razón de su falta de madurez cognitiva y emocional. Sin embargo, si un adolescente de 17 años viola y mata a alguien en una forma particularmente atroz, el juez tiene la posibilidad de enviarlo a la cárcel de por vida. Actualmente, cerca de 2500 menores pagan cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, sin embargo, las recientes decisiones de la corte deberían permitir la modificación de las condenas de cerca de 2000 de estos menores.
Prison Insider. ¿Cómo entiende la sociedad americana el encarcelamiento de por vida?¶
JS. La cadena perpetua es una manifestación del miedo presente en nuestra sociedad, el mismo que dio nacimiento a la era del encarcelamiento masivo. Este es resultado de la generación que experimentó un agudo incremento en los ratios de crimen en los años 60 y 70.
La idea detrás de la cadena perpetua es ver a estos reclusos como zombis indiferentes a la violencia de sus crímenes y a la dureza de un castigo, incapaces de cambiar. Esta visión del ser humano es incompatible con su dignidad.
La buena noticia es que la generación “Millennials”, nacidos entre el año 1980 y el 2000, tiene una perspectiva muy diferente. Ellos crecieron en un mundo con menos criminalidad, en el que afrontan graves amenazas económicas y ambientales. A la larga, ellos no consideran la prisión como una herramienta efectiva. Mi hijo, que está más bien a favor de Bernie Sanders, recientemente asistió a una conferencia de Hillary Clinton en la que uno de sus slogans era: “La era de encarcelamiento masivo tiene que llegar a su fin”. Esto era impensable en la época en que su esposo estaba en el poder, y es algo más bien positivo…Pienso que es muy importante deshacerse de la pena de muerte. Una vez que lo hayamos logrado, también podremos ser capaces de eliminar la cadena perpetua.