Análisis

El 13 de marzo de 2020, las autoridades crearon un equipo de respuesta a la crisis y afirmaron que operaba a diario desde entonces. El Defensor del Pueblo señaló que se había mantenido el dialogo con las autoridades durante la pandemia, pero que ciertas administraciones tuvieron dificultades para aplicar las orientaciones de las autoridades sanitarias en el ámbito penitenciario. Se observó que algunas localidades tomaron medidas generales antes de que se anunciaran las directrices principales. El Defensor del Pueblo criticó la falta de claridad y la ausencia de pautas nacionales que se adaptaran al contexto penitenciario, lo que conllevó la implementación de medidas radicales, como el confinamiento individual sistemático.
Durante los meses siguientes, las instalaciones fueron adaptando poco a poco los protocolos sanitarios a sus contextos locales y levantaron algunas restricciones para tener en cuenta las necesidades de los reclusos en la lucha contra la pandemia. En noviembre, debido al recrudecimiento de los contagios, la administración decidió analizar los factores locales, de forma individualizada, para determinar las medidas sanitarias que debían aplicarse en cada prisión.

Prison Insider y el Centro de Estudios Justicia y Sociedad de Chile han planteado un análisis sobre el primer año de la pandemia en las prisiones de once países: Noruega es uno de ellos.

En algunos centros, los reclusos se organizaron en grupos pequeños de personas de una misma unidad (“cohortes”)

Aquellos que tuvieron acceso a las medidas compensatorias informaron que estas eran “mejor que nada, positivas, pero no lo mismo que una visita normal”.