Zainab Mahboob. La situación depende mucho de la región. La provincia de Sindh se vio particularmente afectada por las inundaciones. Varias prisiones resultaron dañadas, sobre todo las situadas en los distritos de Sukkur y Hyderabad. No se ha informado de ninguna muerte entre los reclusos. Un guardia de prisiones falleció cuando estaba en un puesto de control y el tejado cedió y cayó sobre él. En la prisión del distrito de Dadu, las paredes se vinieron abajo y la cocina quedó destruida. En consecuencia, se clausuró el centro y se trasladó a los internos.
La mayoría del personal de prisiones permaneció en sus puestos, aunque muchos de ellos están alojados actualmente en campos debido a la destrucción de sus casas. Se han tomado algunas medidas para asegurar su integridad, pero, dado que las prisiones de Sindh ya se encuentran faltas de personal, las autoridades penitenciarias no han permitido que los trabajadores se marcharan.
En la provincia de Sindh no hubo luz ni electricidad durante semanas. Algunas prisiones son autónomas en materia de electricidad, pero la mayoría se sumieron en la oscuridad. Ahora ya han recuperado el suministro eléctrico pero la situación sigue siendo complicada, sobre todo por el aumento del coste de la electricidad. Por las inundaciones, se perdieron muchas reservas de alimentos, como leche o arroz, lo que obligó a reponer los suministros desde el exterior.
La administración penitenciaria de Sindh se enfrenta a otras dificultades. No se considera a los reclusos una prioridad en lo que respecta a atención sanitaria, porque aún tienen un lugar donde vivir. Fuera de las prisiones, la gente perdió sus hogares y no tienen dónde dormir. Por lo tanto, la primera preocupación del Gobierno es facilitar comida y medicinas a esos individuos y evitar que se propaguen enfermedades como el dengue y las infecciones de la piel, que son frecuentes en las zonas afectadas por inundaciones. La administración penitenciaria considera que este riesgo no está presente actualmente en las prisiones y que la salud de los reclusos no es tema de preocupación. Más allá de facilitar paracetamol y otros medicamentos básicos, la administración penitenciaria no es capaz de tratar enfermedades como el dengue.
Fakhra Irshad. Las provincias de Punyab, Beluchistán y Jaiber Pajtunjuá quedaron relativamente a salvo de las inundaciones y no hubo instalaciones penitenciarias directamente afectadas. Sin embargo, los daños de las carreteras afectaron a los reclusos y a los trabajadores penitenciarios. Las familias de los reclusos siguen sin poder viajar y visitar a sus seres queridos. Los trabajadores penitenciarios tampoco pueden conducir a los reclusos a sus audiencias judiciales.