Palestinos en las prisiones israelíes: “un catálogo de violaciones”

Médicos por los Derechos Humanos ─ Israel, el Comité Público contra la Tortura en Israel (PCATI) y otras ONG israelíes hicieron un llamamiento a las autoridades israelíes con respecto a la situación de los ciudadanos palestinos privados de libertad, tras observar lo que consideran “un dramático aumento de las violaciones de los derechos humanos”. Addameer, una ONG que trabaja con palestinos en las prisiones y otros centros de detención israelíes, publicó un informe sobre los hechos que han ocurrido desde el 7 de octubre e hizo un llamamiento junto con otras asociaciones. Los documentos sacan a la luz un verdadero catálogo de violaciones de los derechos humanos, que podrían considerarse como malos tratos y tortura.

Las ONG palestinas e israelíes informan que a los reclusos palestinos se les imponen ciertas restricciones y se les priva de atención sanitaria. Negar a los reclusos el acceso a la atención médica les inflige un sufrimiento innecesario y empeora su estado de salud, lo que complica el tratamiento y reduce las posibilidades de obtener resultados. Además, en un entorno cerrado como la prisión, se aumenta el riesgo de contagio de las infecciones.

El hecho de privar a las personas reclusas de agua potable y de servicios de lavandería conlleva un riesgo no solo para su salud, sino también la de sus compañeros de celda y del personal de la prisión, ya que esto favorece la propagación de infecciones como la escabiosis y otras enfermedades de la piel. Del mismo modo, restringir el acceso a la higiene es una forma de humillación.

Además de impedírsele el acceso al agua potable, a los reclusos palestinos se les priva de alimentos, lo que trae las consecuencias médicas y psicológicas, que señalamos aquí y aquí.

Los síntomas de la falta de alimentos dependen del déficit de nutrientes, la duración y el estado de salud de la persona, entre otros factores. La privación de alimentos por largos periodos puede afectar todos los órganos del cuerpo, así como la deshidratación puede causar daños irreversibles al organismo. En otras palabras, estas prácticas constituyen una amenaza directa para la vida de las personas y les inflige un sufrimiento psicológico.

El drástico aumento del número de palestinos privados de libertad en Israel ha dado lugar a un fuerte hacinamiento en las celdas reservadas a esta población. La sobrepoblación carcelaria trae consecuencias para la salud, entre ellas, mayor riesgo de enfermedades infecciosas, como tuberculosis y COVID-19. Asimismo, este aumenta la violencia y la hostilidad en las prisiones.

La privación de libertad comienza desde el momento del arresto, en el que también se deben respetar los derechos humanos y la dignidad de las personas.

Las ONG y los medios de comunicación han documentado arrestos violentos y degradantes por parte de las fuerzas armadas israelíes y, en algunos casos, se han grabado los incidentes. En las imágenes se observa a los agentes israelíes golpear a las personas desnudas, con los ojos vendados y las manos atadas.

La desnudez forzada es una forma de tortura sexual que inflige humillación y tiene consecuencias psicológicas. Por otra parte, la desnudez de la víctima durante las golpizas puede provocar lesiones más graves. Golpear a las personas mientras tienen los ojos vendados o las manos atadas aumenta la ansiedad y el miedo, y les impide defenderse, lo que aumenta el dolor y las lesiones.

Vendar los ojos de las personas es una forma de privación sensorial que tiene consecuencias físicas y psicológicas como distorsión de la percepción y ansiedad. Como si fuera poco, para exacerbar las consecuencias de un arresto tan violento, se recurre a amenazas de muerte, violación y daño a los familiares.

A largo plazo, todas estas situaciones descritas pueden afectar la salud mental de la víctima y causar problemas de ansiedad, depresión, y estrés postraumático.

Por último, las ONG palestinas e israelíes informaron sobre la muerte de cuatro hombres privados de libertad poco después de su arresto: M. Arafat Hamdan (25), M. Omar Daraghmeh (58), M. Majid Ahmed Zaqool (23); se desconoce el nombre de la cuarta persona. Los cuerpos de los fallecidos no se han entregado a sus familiares ni se han publicado los informes de las autopsias.

Las personas encarceladas se ven privadas de ciertos placeres y otros aspectos básicos de la vida, pero aún gozan de sus derechos humanos.

Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, Reglas Mandela, establecen los principios básicos que se deben aplicar en los lugares de privación de libertad y, esto, para todas las personas, condenadas o no, y en tiempos de guerra o de paz.

Las Reglas Nelson Mandela cubren ampliamente el tema la salud de las personas privadas de libertad en varios aspectos que incluyen la higiene personal, la ropa, la alimentación, la disciplina, el trabajo, la atención sanitaria, entre otros.

Los Principios Básicos de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos estipulan que todos los reclusos tienen derecho a la salud, y la Declaración de Tokio, de la Asociación Médica Mundial, establece las directivas para los médicos con respecto a la tortura y otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes impuestos sobre personas detenidas o encarceladas. Esta declaración reitera la obligación de los médicos de brindar atención a las personas privadas de libertad.

DIGNITY trabaja para prevenir la violencia y la tortura y documentar las violaciones de los derechos humanos. La situación actual en Israel y en los territorios palestinos ocupados es alarmante.

Todas las personas privadas de libertad deben tener acceso a la atención sanitaria, al agua potable, a la alimentación y a la higiene. Los arrestos deberían llevarse a cabo de manera legal, con respeto y sin violencia de ningún tipo, y las autoridades deberían esforzarse por evitar el hacinamiento en las prisiones.