Prison Insider: la metodología

La prisión se presenta a menudo como una herramienta indispensable de la democracia, representando el Estado de derecho al garantizar una respuesta legal y proporcionada a los delitos. Por tanto, debería marcar una ruptura con las formas arbitrarias o extrajudiciales de justicia. No obstante, esta institución sigue siendo opaca, mal comprendida y poco cuestionada. Generalmente, no respeta los principios de transparencia y responsabilidad: las penas se dictan en nombre del pueblo, y toda persona tiene derecho a conocer la realidad de las cárceles. 

Las normas y estándares internacionales establecen que el encarcelamiento sólo debe utilizarse como último recurso, especialmente en el contexto de la detención preventiva. Sin embargo, la privación de libertad sigue siendo el instrumento de imposición de penas más utilizado, a pesar de la falta, o incluso la ausencia, de toda evaluación de su eficacia.

Las realidades de las condiciones carcelarias son muy diferentes según los países, los establecimientos y las personas detenidas. A pesar de las diferencias, se percibe una constante: las violaciones de los derechos fundamentales y sus consecuencias a largo plazo para las personas son omnipresentes. Existen mecanismos de denuncia, apelación y control, en diversas formas, pero su impacto real suele ser limitado.

Sobre la base de estas observaciones, se creó Prison Insider en 2015, con el objetivo de convertirse en la plataforma de referencia sobre las prisiones a nivel mundial.

¿Cómo se puede hacer accesible la complejidad de la información sobre las condiciones de reclusión y ponerla a disposición para fomentar el cambio? Era necesario desarrollar una herramienta científica de evaluación que sintetizara y presentara de manera clara el grado de conformidad de los Estados con los estándares internacionales. De esta manera, el Prison Life Index surgió como resultado de una colaboración multidisciplinar entre académicos y miembros de la sociedad civil.