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Prisioneros vascos: entre dos aguas
Casi diez años después del inicio del proceso de paz, los prisioneros vascos siguen sometidos a las mismas condiciones de reclusión.
Son 243 los prisioneros vascos que se encuentran dispersos en prisiones de Francia y España. Encarcelados por delitos cometidos en el marco de la lucha política armada de la ETA 1 ─cuyo objetivo era la creación de un Estado vasco independiente─, la mayoría cumple condenas de larga duración, algunos desde hace más de 30 años.
Sus familiares piden su acercamiento al País Vasco donde solo tres están actualmente encarcelados. Esta lejanía pone a prueba los lazos familiares a través de los kilómetros, hasta 1000 para aquellos recluidos en Algeciras (al sur de España) o en Rennes (Francia), y requiere largos y costosos trayectos que han provocado 400 accidentes de tránsito durante los últimos treinta años.
El balance de víctimas de la ETA se eleva a más de 800 personas asesinadas, centenares de mutilados, así como varios secuestros. Entre 2010 y 2018, la organización llevó a cabo un proceso de paz y un desarme total, antes de disolverse oficialmente.
Gabriel Mouesca fue responsable de misión en Harrera, una estructura de ayuda a la reinserción de los presos políticos vascos y de los refugiados, en el marco de este proceso de paz. Estuvo 17 años en prisión y presidió, de 2004 a 2009, la sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones. Desde hace dos años, es director de la granja Emmaüs Baudonne (en Tarnos en Landas), que recibirá a reclusas vascas para preparar su reinserción a su salida de prisión. Él responde a las preguntas de Prison Insider.
Euskadi ta Askatasuna (sigla ETA que significa “País Vasco y libertad”). ↩