¡La reinserción es un chiste! Un producto de pacotilla que se distribuye como una propuesta de progreso social. Para ti recluso, que eres un salvaje, un ser retorcido, la reinserción es la maldita solución para hacer de ti una persona civilizada, social, humana, ordenada, educada…
Es un señuelo que los exime de toda responsabilidad. Reinsertar es partir del principio de que el recluso nunca ha formado parte de la sociedad. Como si fuera un extraterrestre que hubiera caído en este planeta cometiendo delitos, y que ahora necesita aprender a vivir con los locales.
Amigos reclusos, tengan cuidado cuando se traguen el discurso de la reinserción, ya que este puede integrarlos directamente en nuestra sociedad actual: una sociedad de consumo, prejuicios, extremismos, racismo, machismo, intolerancia religiosa, privilegios, etc. ¡Presten atención! Una vez reinsertados, formarán parte de una sociedad que excluye.
A fuerza de reinserción, podrían hacerlos creer en el Lava Jato, hacerlos apoyar la reducción de la edad de responsabilidad penal, hacerlos pensar que las subvenciones de las personas pobres alcanzan los 4000 reales (alrededor de 849 euros), y que un buen delincuente es un delincuente muerto.
Yo estuve detenido con antiguos policías corruptos, quienes, después de haber sido excluidos del sistema, terminaron en prisión con personas que ellos mismos habían arrestado; vi al antiguo gobernador Sergio Cabral inaugurar una cárcel con el secretario de la administración penitenciaria, y hoy en día los dos están detenidos, pese a que este último apoyaba la firmeza de las penas y la reinserción.
La reinserción hace creer que la sociedad es un mundo lejano al que se debe llegar, algo así como un ideal. ¡Mentira! La prisión está en la ciudad y con la ciudad. La prisión es una realidad social. ¡Deshonestos, mentirosos, hipócritas!, nadie asume su responsabilidad en este asunto; nos excluyen y luego aparentan que somos nosotros los que no queremos reinsertarnos. Por naturaleza, somos unos salvajes, unos seres bárbaros. ¡Qué conveniente!
La prisión forma parte de la sociedad, y los reclusos también. Nadie puede ser excluido.
Mucho cuidado con la reinserción. Tragarse ese cuento podría hacerles perder la cabeza e incluso querer tirar todo por la borda.
La reinserción es como la comida caducada, cae mal.
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