Existen nueve establecimientos penitenciarios en el país. Si bien todos datan del periodo colonial, solo se han efectuado unos pocos trabajos de renovación, por lo que se encuentran en muy mal estado y no cumplen con los estándares internacionales.
Las prisiones de máxima seguridad más grandes son las de Libreville, Port-Gentil et Franceville. Estas están divididas en módulos que comprenden varias celdas. La prisión de Libreville tiene un módulo reservado para las mujeres y otro para los funcionarios. En los demás módulos, no hay ninguna separación, y los preventivos conviven con los penados. Ciertos internos se imponen por la fuerza y se atribuyen el poder de asignar un recluso a un determinado módulo.
El Ministerio de Justicia comenzó la construcción de una prisión de máxima seguridad en Libreville en el 2013. Hasta la fecha, los trabajos no han terminado. Las autoridades explican que esto se debe a la reciente caída del precio del petróleo.
El personal
La administración penitenciaria se encuentra bajo la tutela del Ministerio de Justicia. El personal penitenciario es insuficiente: en la prisión central de Port-Gentil, ocho guardias se encargan de vigilar a 373 reclusos. Además, los agentes penitenciarios no poseen el nivel de formación requerido con respecto a la gestión del establecimiento y al respeto de los derechos humanos.
En junio de 2015, la administración penitenciaria organizó, por primera vez, un examen para la contratación de personal, dirigido a las personas que han completado su ciclo de educación secundaria obligatoria, así como a las que han obtenido un título de bachillerato o un certificado de aptitud profesional (CAP).
Los guardias permanecen poco tiempo al interior de los módulos y la gestión interna de las prisiones se deja a cargo de los reclusos. Entre ellos existe una jerarquía que los agrupa en jefes de módulo y jefes de celdas. Los jefes (llamados “maires”) asignan a otros reclusos las tareas de cocina, mantenimiento de las instalaciones, limpieza y vaciado de los tanques sépticos.