En 2015, la población carcelaria aumentó un 10.5% respecto al año anterior. El 31 de diciembre de 2015, el número de reclusos ascendía a 7544.

La capacidad oficial del centro penitenciario es, hasta la fecha, de 4000 plazas. La tasa de ocupación global se estima en un 188%.

El 31 de diciembre de 2015, el 49% de los condenados cumplieron una condena de entre uno y tres años de prisión, el 20% una de entre tres y cinco años, y el 12% una de entre cinco y diez años.

Las personas a la espera de juicio representaban el 44.4% de la población carcelaria. La ley prevé una división entre los acusados y los condenados, pero en la práctica se encuentran albergados en los mismos edificios. La división entre hombres, mujeres y menores apenas se aplica en los centros penitenciarios.

Procesan los expedientes según su localización geográfica. Los de la capital son tratados más rápido, ya que disponen de más recursos humanos que las provincias. En Ouagadougou, una persona detenida puede comparecer ante el juez de instrucción en un plazo de tres a cuatro días en función de la naturaleza de la infracción. En ocasiones, los acusados esperan más de un año hasta que se establece su condena, debido a la lentitud de la administración o a la falta de pruebas que hagan avanzar su expediente.

El 31 de diciembre de 2015, el número de mujeres detenidas ascendía a 113. Representan el 1.5% de la población carcelaria.

A principios del 2015, 317 mujeres fueron encarceladas.

Normalmente, las mujeres en prisión provisional esperan hasta 14 meses para ser juzgadas. No se les informa de forma sistemática de la duración de su condena.

Viven en instituciones penitenciarias para hombres, en diferentes zonas. Las albergan en un gran dormitorio. Las menores comparten las mismas celdas que las adultas.

Los hijos que ingresan en prisión con sus madres, no disponen de espacios acondicionados para ellos.

El 31 de diciembre de 2015, el número de menores detenidos ascendía a 241. Representan el 3.2 % de la población carcelaria.

A principios del 2015, 536 menores fueron encarcelados.

Los menores pueden ingresar en prisión a partir de los 12 años. Deben transitar obligatoriamente por un centro de detención preventiva y correccional (siglas en francés, MAC) en el transcurso de su detención. Los asistentes sociales deciden el traslado de los menores a uno de los cuatro centros de reinserción social que se les asignan en función de las plazas disponibles. Estos centros presentan tasas de ocupación elevadas. Acogen tanto a niñas como a niños desde los 12 a los 18 años. Es una sentencia de prisión completa.

Algunos menores cumplen su condena en una prisión para adultos. Los condenados por uso de arma blanca o arma de fuego no son admitidos en centros de reinserción para menores. En los MAC separan a los menores de los adultos. En cambio, las chicas jóvenes se encuentran recluidas con las mujeres. Las prisiones disponen de zonas reservadas para chicos menores. Los albergan en un dormitorio.

Los centros de reinserción social proponen talleres de mecánica, electricidad, costura, carpintería y producción agrícola. En general, las condiciones de detención son mejores que las de los MAC.

Los centros de reinserción social incluyen una enfermería y un servicio social.

Los menores no reciben un seguimiento después de su puesta en libertad. No se avisa a los servicios sociales de los MAC de su puesta en libertad ni de las reincidencias. No existe ninguna estadística que permita evaluar la eficacia de esos centros en la lucha contra la reincidencia.

En 2004, la Asociación Penitenciaria Africana fue la responsable de la construcción del centro de reinserción social de Laye. Unicef y Terre des hommes Italia intervinieron en dicho proyecto y el Estado contribuyó económicamente. El centro está situado a unos cuarenta kilómetros de Ouagadougou. Es un centro abierto que se encuentra en el monte. Los menores enviados al centro de Laye no provienen necesariamente de Ouagadougou. El centro puede albergar a un centenar de menores durante un máximo de tres años. La mayoría permanece una media de dos años. En abril de 2017, albergaba 64 chicos y 8 chicas. Duermen en el centro, en dormitorios. Se realizan clases de educación cívica y sensibilización sobre las enfermedades de transmisión sexual. Un psicólogo pasa consulta una vez por semana. Las condiciones de detención eran buenas hasta 2009. Desde entonces, los jóvenes han informado de algunos problemas con las condiciones de detención, como la falta de mosquiteras. También informaron de un deterioro en las condiciones materiales desde el comienzo de 2010, tras la disminución de los fondos estatales. Esta reducción es general en la administración penitenciaria y no se limita a los centros de reinserción social. Cuando salen del centro, los menores reciben un kit de trabajo para que puedan practicar el oficio para el que se han estado formando: herramientas de carpintería o mecánica, o incluso dinero para que puedan establecerse.

El 31 de diciembre de 2015, había 225 personas de 60 años en adelante detenidas. Representan el 2.3 % de las 9601 personas encarceladas a principios del 2015.