El número de reclusos se ha triplicado desde 1985. Entre 2015 y 2016 tuvo un incremento del 10.36 %. El aumento de la población carcelaria se debe sobre todo a la legislación: la ley de 2013 sobre la liberación bajo fianza, la “ley de los tres golpes” y las modificaciones de la libertad condicional.

Existen cinco categorías diferentes de reclusos: preventivos acusados, preventivos declarados culpables, condenados, aislados voluntariamente y jóvenes. Existe un sistema paralelo que tiene en cuenta la clasificación de seguridad.

Los establecimientos se separan en módulos clasificados por niveles de seguridad: máxima, alta, mediana, baja y mínima.

Los reclusos son asignados a dichos módulos —de acuerdo a una evaluación del riesgo que comporta cada persona— dentro de los 14 días posteriores a su condena.

15 prisiones están reservadas a los hombres y tres a las mujeres. También existen cuatro centros correccionales para menores (Youth Justice Residences).

El tamaño de los diferentes establecimientos penitenciarios varía significativamente.

El nuevo establecimiento penitenciario de Auckland del Sur (Auckland South Correctional Facility, ASCF) in Wiri, que abrió en mayo de 2015, tiene una capacidad para 960 personas. El Ministerio de Servicios Correccionales ha anunciado un proyecto para aumentar la capacidad de la prisión a 1800 camas.

En Monte Edén, se construirá un nuevo módulo de 245 camas, y en el establecimiento de Northland, se agregarán 80 literas¹.

Diez de los establecimientos para hombres están situados en la Isla Norte y cinco en la Isla Sur.

Los funcionarios de los servicios correccionales, responsables de la supervisión de los reclusos, reciben una formación de un año después de su contratación.

El salario de los funcionarios de los servicios correccionales oscila entre 51 904 $ y 60 957 $ anuales (es decir, entre 49 000 € y 58 000 €).

Los “facilitadores” están encargados de los programas terapéuticos que brindan ayuda a las personas en conflicto con la ley para que “asuman la responsabilidad de sus actos y cambien su comportamiento”. Este personal tiene por lo general una licenciatura en psicología, trabajo social o psicoterapia, además recibe una capacitación de once semanas.

Entre los miembros del personal, unos se ocupan de la formación profesional, otros son gestores de casos y otros son psicólogos (encargados de evaluar el riesgo de las personas y de suministrar tratamientos). También se encuentran enfermeras, adiestradores de perros detectores, y gestores de servicios.