Contacto con el mundo exterior

Todos los reclusos tienen derecho a recibir visitas

El derecho a recibir visitas puede ser denegado durante el periodo de aislamiento.

El proceso para hacer una solicitud de visita es complicado. Los visitantes, desde los 16 años o más, deben llenar un formulario de solicitud. El personal penitenciario evalúa cada solicitud y elabora recomendaciones al director. Si la solicitud es aceptada, el personal remite una carta de confirmación a los visitantes para concertar la cita.

Se pueden organizar visitas especiales en caso de que un familiar del recluso viaje desde el extranjero o en caso de muerte en la familia.

Las personas autorizadas a visitar un recluso son

los miembros de la familia y los allegados

El manual de instrucciones del personal penitenciario autoriza a los reclusos a recibir la visita de por lo menos una persona por semana, durante 30 minutos como mínimo.

Las visitas tienen lugar en la sala de visitas o en el locutorio.

Los reclusos pueden tener contacto físico con sus visitantes

no

En salas de visita, los reclusos pueden abrazar o besar a sus familiares en el momento de llegada y de salida, con la presencia en la sala de los agentes, a fin de garantizar la vigilancia.

No se permite ningún contacto físico cuando la visita se realiza en el locutorio. Las visitas en locutorios se utilizan como medio de sanción para aquellos internos que dieron positivo en los análisis de drogas.

Se autorizan las visitas conyugales

no

Los visitantes pueden llevar alimentos solo si el director del establecimiento concede una autorización por escrito.

La legislación y las políticas vigentes no prevén internar a los reclusos en establecimientos cercanos a su hogar.

Mantener los vínculos familiares puede resultar difícil para aquellas familias que residen lejos de los cuatros centros correccionales para jovenes.

Sin embargo, el SPT “observó con reconocimiento que una institución estaba planteándose la posibilidad de ayudar a jóvenes maoríes de regiones geográficas distantes a mantener vínculos sociales y familiares, y que otra contaba con una iniciativa para utilizar los servicios de un proveedor de servicios de salud maorí.1


  1. Subcomité para la Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, CAT/OP/NZL/1, mayo de 2014, p. 20. 

Se autoriza el intercambio de correspondencia

Los reclusos pueden comprar estampillas.

Los reclusos están autorizados a hacer llamadas telefónicas

Los reclusos pueden comprar tarjetas telefónicas.

Los teléfonos se sitúan en

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El Correccional de South Auckland (Wiri) puso los teléfonos dentro de las celdas.