Esta información proviene del folleto “Enfermés au mépris du droit” (Encarcelados al margen del Derecho), proporcionado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina.
“Solo los parientes cercanos pueden obtener autorización para visitar a un recluso. Frecuentemente se les rechaza el permiso de entrada a Israel por razones de seguridad no justificadas. Los hombres de 16 a 35 años tienen casi sistemáticamente prohibida la entrada a Israel, pero están lejos de ser los únicos. En la práctica, centenares de familias no logran nunca obtener un permiso. Aquellos que lo obtienen, generalmente deben soportar un trayecto de varias horas marcado por puntos de control y registros corporales antes de llegar a la prisión, todo esto para una visita bimensual de 45 minutos.”