“Al mes de abril de 2016, se contabilizaban 7000 palestinos en las prisiones israelíes, entre los cuales 70 mujeres y 6 miembros del Consejo Legislativo Palestino. De igual manera, 438 niños (menores de 18 años) se encuentran en las prisiones militares israelíes.
Entre agosto de 2015 y abril de 2016, el número de niños recluidos se triplicó.
Otros 749 palestinos se encontraban recluidos en prisiones israelíes por presencia ilegal en territorio israelí.
Actualmente, 458 reclusos cumplen cadena perpetua, y 473 más de 20 años de prisión.
Según el Club de los Reclusos Palestinos, 1700 reclusos enfermos están encarcelados en las prisiones israelíes; 25 de ellos se encontraban en estado crítico y no recibían tratamiento adecuado.
Desde 1967, más de 800 000 palestinos han sido encarcelados por las autoridades israelíes. Casi en todas las familias palestinas hay personas que han cumplido penas de prisión.
750 palestinos están en detención administrativa, entre los cuales 2 parlamentarios.“
Los menores
Esta información proviene del folleto “Enfermés au mépris du droit” (Encarcelados al margen del Derecho), proporcionado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina.
“Al igual que los adultos, los niños son sometidos a tortura y malos tratos. Por lo general sufren más humillaciones y torturas que los adultos y, en ocasiones, son objeto de violencia sexual. Estas prácticas son utilizadas como un medio “más eficaz” para obtener confesiones y denuncias, y ejercer presión en toda la familia.
Cada año, entre 500 y 700 niños palestinos menores de 18 años son arrestados, interrogados y encarcelados por el ejército israelí, y juzgados por los tribunales militares, es decir, alrededor de 8000 desde el año 2000. Desde el momento del arresto hasta el enjuiciamiento, las autoridades israelíes violan las leyes internacionales.
Los niños palestinos rara vez son acompañados por un pariente; las autoridades no les comunican sus derechos, en particular, el derecho a no declararse culpable, guardar silencio o recibir asistencia de un abogado en el transcurso de los interrogatorios, contrariamente a lo que establece el derecho israelí. Los menores solo pueden ver a sus abogados al momento del juicio.
Con bastante frecuencia, los niños llegan a los centros de interrogatorios con los ojos vendados y las manos atadas; a menudo se les priva de sueño y no se les permite ir al baño; sufren humillaciones como cacheos durante los cuales se encuentran completamente desnudos. Más de tres cuartos de entre ellos son también objeto de violencia física durante el arresto y el interrogatorio: patadas, bofetadas, y en ciertos casos, descargas eléctricas. El 20% de los menores son sometidos al régimen de aislamiento durante el periodo del interrogatorio. Finalmente, las autoridades israelíes amenazan con atacar a sus familias para forzarlos a firmar falsas declaraciones en documentos en hebreo, idioma que no saben leer. Tales “confesiones” permitien al fiscal militar pronunciar una condena por cargos que, la mayoría del tiempo, no reflejan la realidad de los hechos.
En aplicación de la ley militar israelí (orden militar 1711 adoptada en 2013), la detención antes de la comparecencia no debería exceder de 24 horas para los niños de 12 a 13 años, 48 horas para los niños de 14 a 15 años, y 96 horas para los niños de 16 a 17 años (como los adultos). Esta duración es dos veces más larga que para un niño israelí que vive en una colonia de Cisjordania y eso puede duplicarse en caso de “circunstancias especiales”.
Para más información, consulte el informe “Infancias destrozadas” publicado en abril de 2016 por la Plataforma ONG francesas por Palestina.