Integridad física

Israel abolió la pena de muerte para los delitos de derecho común en 1954. La última ejecución tuvo lugar en 1962, con el ahorcamiento de Adolph Eichmainn por su responsabilidad en el holocausto.

Palestina aplica la pena de muerte. En lo que va de 2017, se han pronunciado siete condenas, cuatro en enero, y tres en febrero por suministro de información a Israel.

En enero de 2017, La organización Shams (Human Rights Democracy Media Center SHAMS) elaboró un informe sobre el uso de la pena de muerte durante el 2016 en Palestina, publicado en inglés y en árabe. Prison Insider ha publicado un artículo sobre este tema.

La Autoridad Palestina, en manos de Hamas, pronunció en noviembre de 2016 un total de 21 condenas a muerte. Cuatro ejecuciones tuvieron lugar en la Franja de Gaza. Un oficial, Mahmoud Rushdi Eshteiwy, fue ejecutado por “infracción ética”, el 7 de febrero de 2016, por la misma brigada a la que pertenecía. Tres ciudadanos condenados por homicidio fueron ejecutados el 31 de mayo de 2016: A.Sh. de 43 años fue fusilado, M.A. de 28 años y Sh. de 38 años fueron ahorcados.

La Autoridad Palestina ha pronunciado 184 penas capitales, desde su implementación en 1994: 30 en Cisjordania y 154 en la Franja de Gaza. Hasta ahora, ha llevado a cabo 35 ejecuciones: 2 en Cisjordania y 33 en la Franja de Gaza. Hamas accedió al poder en 2007 y ese mismo año pronunció 96 condenas a muerte. Veintidós ejecuciones se han realizado de manera extrajudicial. La Ley prevé que las ejecuciones sean autorizadas por el presidente de la Autoridad Palestina, actualmente, Mahmoud Abbas. Sin embargo, Hamas, que no reconoce la autoridad del presidente, no respeta dicha obligación.

En Palestina, la pena de muerte se aplica principalmente en casos de homicidio, colaboración con Israel o tráfico de drogas. El antiguo presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, reintrodujo esta pena en 1994. Existe un decreto que establece que las leyes vigentes en 1967, antes de la ocupación de Israel, son aún válidas en Palestina. No todas estas leyes son palestinas; una ley inglesa de 1960 prevé 16 infracciones castigadas con la pena capital. El Código revolucionario de 1979 prevé 42.

Las personas condenadas a la pena de muerte suelen ser pobres y marginadas, por lo que no disponen de medios suficientes para garantizar su defensa. Los ciudadanos son juzgados por tribunales militares, contrariamente al derecho internacional.

Esta información proviene del folleto “Enfermés au mépris du droit” (Encarcelados al margen del Derecho), proporcionado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina.

“Desde 1967, más de 200 palestinos encontraron la muerte durante o tras su reclusión; 71 personas murieron por violencia, 51 por negligencia médica, 74 fueron asesinadas inmediatamente después de su arresto y 7 fueron abatidas al interior de los centros de detención, sin contar a las que murieron justo después de su liberación (anticipada para que no murieran en prisión).”

Esta información proviene del folleto “Enfermés au mépris du droit” (Encarcelados al margen del Derecho), proporcionado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina.

La tortura en el sistema judicial

Pese a las numerosas condenas de las Naciones Unidas contra Israel, la tortura sigue siendo muy común. Las principales víctimas son las personas sospechosas de atentar contra los intereses del país como los oponentes políticos, los representantes de organizaciones de la sociedad civil, etc…

La Corte Suprema israelí, que en 1999 confirmó la prohibición absoluta de la tortura, también garantizó su impunidad al permitir que los autores de tortura, que afirmaban recurrir a ella para frustrar un ataque inminente contra la seguridad de Israel, fueran exonerados de toda responsabilidad penal. La mayor parte del tiempo, cuando, ante los tribunales militares, los abogados rechazan las declaraciones de sus clientes, realizadas bajo tortura, los fiscales militares justifican su uso por las necesidades de la investigación. De este modo, ninguna de las denuncias de tortura entabladas por los palestinos contra la Agencia de Seguridad de Israel ha dado lugar a una condena.

Los tipos de tortura

Durante su arresto, los detenidos son amarrados con ataduras de plástico que les lastiman la piel. También suelen recibir golpizas durante el traslado del lugar del arresto al centro de interrogación; según su perfil y el delito del que se trate, las personas son interrogadas bien sea por la policía o por los militares de la Agencia de Seguridad de Israel.

Durante los interrogatorios, a manos de los militares, los detenidos son sometidos a diferentes tipos de tortura, tales como la privación del sueño, de agua, de alimentos, de ir al baño y de duchas; también se les impone el régimen de aislamiento o la exposición permanente a sonidos angustiantes; a menudo tienen los ojos vendados y a veces son objeto de fuertes palizas; frecuentemente permanecen atados en posiciones dolorosas, y también son amenazados de tortura, muerte o agresión sexual.

Según un estudio de 2008, el 95% de los antiguos reclusos fue sometido a golpes, el 89% fue privado de sueño durante largos periodos, el 82% fue obligado a permanecer en posiciones dolorosas, el 55% fue sometido a fríos extremos (afuera en la nieve por ejemplo o en un refrigerador) o a calores sofocantes (inmóviles bajo el sol) por varias horas.

Las personas encarceladas también suelen ser víctimas de malos tratos y, a veces, de tortura. Los cortes de agua y de electricidad durante horas, a manera de castigo, son habituales. Con frecuencia, en la noche, se llevan a cabo violentas redadas en la celdas —so pretexto de registro de seguridad, o como medida de castigo— en las que se recurre a gases lacrimógenos y armas letales, registros corporales, golpes, confinamiento durante horas en el patio de la prisión, sea cual sea el clima, traslado de ciertos prisioneros hacia otras prisiones y fuertes multas. Una de las medidas más crueles es el régimen de aislamiento, que en ocasiones puede durar varios años sin que los reclusos tengan contacto alguno con sus compañeros, y sin que se tengan en cuenta los graves daños mentales y físicos que eso puede acarrear.

La alimentación forzada

El parlamento israelí aprobó una ley que autoriza alimentar por la fuerza a un recluso en huelga de hambre. La Asociación Médica Mundial define la alimentación forzada como un acto de tortura, y las Naciones Unidas, así como el Comité Internacional de la Cruz Roja condenan esta práctica.

Esta ley es la respuesta del gobierno israelí a los sucesivos movimientos de huelga de hambre que realizan los internos para reclamar su liberación y la mejora de sus condiciones de reclusión. Se trata de una nueva vulneración de sus derechos fundamentales”.

Esta información proviene del folleto “Enfermés au mépris du droit” (Encarcelados al margen del Derecho), proporcionado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina.

“La detención administrativa permite a las autoridades israelíes mantener bajo custodia a una persona por un periodo de 6 meses —renovable de manera indefinida— sin que existan cargos ni juicio. Esta medida se aplica en Cisjordania (excepto Jerusalén Este) y la utilizan las autoridades israelíes como medio de control sobre la sociedad palestina.

La detención administrativa en derecho internacional

El Derecho Internacional Humanitario no prohíbe la detención administrativa como tal. Sin embargo, se trata de una medida excepcional que solo se puede aplicar por razones imperiosas de seguridad y únicamente si no es posible responder a las necesidades de seguridad por medios menos represivos.

Una detención administrativa arbitraria

En Israel, las detenciones administrativas se deciden sobre la base de información que el ejército clasifica como “secreta” y a la que, por tanto, ni el recluso ni su abogado pueden acceder. En consecuencia, a estos últimos les es imposible impugnar la detención de manera eficaz. Según el Comité contra la tortura de las Naciones Unidas, la detención administrativa, tal como la prevé el derecho israelí y la aplica en la práctica, constituye un trato inhumano y degradante”.

Para más información, puede obtener el folleto “Palestine-Israël : la détention administrative, un déni du droit” (Palestina - Israel: la detención administrativa, una negación al derecho) y consultar esta infografía.