Durante una de sus visitas, la CGLPL indicó que la sobrepoblación que se observa en las prisiones genera condiciones de vida difíciles (hacinamiento, tensiones, violencia, problemas de acceso a las duchas) que degradan la salud mental de las personas y obstaculizan el acceso a las diversas formas de atención (salud física, menos tiempo de observación en los módulos de llegada, anulación de consultas médicas fuera de la prisión, etc.).
El último estudio epidemiológico nacional realizado en 2004 reveló que el 35 % de las personas privadas de libertad sufren de un trastorno mental particularmente grave. Ocho de cada diez hombres y más de siete de cada diez mujeres sufren de al menos un trastorno psiquiátrico. Un estudio realizado en 2011 en las prisiones de Hauts-de-France concluyó que, la proporción de reclusos que padece trastornos severos asciende al 22 %, de los cuales el 7 % son esquizofrénicos.
Las personas con problemas psiquiátricos rara vez se identifican al momento de su encarcelación, por lo que suelen permanecer en régimen de reclusión ordinario. En 2019, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) informó que los reclusos cuyo estado mental está particularmente degradado, permanecen en celdas de aislamiento durante largos periodos. El CPT considera que esta práctica es inaceptable y “potencialmente peligrosa”.
Acceso a la atención sanitaria¶
Una enfermera realiza una consulta médica a las personas dentro de las 24 horas siguientes a su encarcelación y, en caso de detectar la presencia de un trastorno psiquiátrico, informa al psiquiatra de la prisión. Las centros penitenciarios que cuentan con un SMPR deben llevar a cabo una consulta psiquiátrica a cada nuevo recluso. Sin embargo, los dirigentes del SMRP de la prisión la Santé de París optaron por no realizarla, ya que consideran que es demasiado intrusiva. En cambio, proponen una sesión de recepción durante la cual la persona puede solicitar una consulta psiquiátrica.
Los plazos para las consultas generalmente son largos. En 2016, la CGLP informó que los reclusos del centro penitenciario de Fresnes esperaban de uno a dos meses para ver a un psicólogo. En la prisión de Béziers, pueden pasar hasta ocho semanas antes de poder acceder al SMPR de Perpiñán.
Tratamiento¶
Cada centro penitenciario tiene la obligación de proporcionar acceso a la atención ambulatoria, incluidas las consultas psiquiátricas y psicológicas. Las unidades sanitarias, de nivel 1, y los SMPR, de nivel 2, deben asegurar dichas consultas.
Los tratamientos que se suministran varían según el SMPR. El SMRP de la prisión de la Santé de París ofrece sesiones de terapia ocupacional. El SMRP de Bordeaux-Gradignan ofrece una amplia gama de terapias y actividades. La CGLPL señaló que el SMPR de Fleury Mérogis propone muy pocas actividades terapéuticas. Dicha insuficiencia se debe a la falta de recursos humanos.
El centro penitenciario de Château-Thierry administra principalmente tratamientos farmacológicos. La GCLPL informó que muchas personas afirman recibir tratamiento en contra de su voluntad, por temor a que se les apliquen inyecciones forzadas, una práctica que considera un trato inhumano y degradante.
Equipo médico¶
El territorio francés cuenta con 26 Servicios Médico-Psicológicos Regionales (SMPR) para la hospitalización diurna/ambulatoria de las personas privadas de libertad que requieren atención especial. Estas últimas deben dar su consentimiento para tal tratamiento. Algunos SMPR disponen de camas que permiten a los pacientes pasar la noche. El SMPR de la Reunión dispone, por ejemplo, de seis camas para aproximadamente 1000 reclusos. Las personas hospitalizadas en estos servicios, se reintegran rápidamente al régimen de reclusión ordinario.
La calidad de la atención depende de la coordinación entre la medicina somática y la psiquiátrica. La CGLPL señaló que en el SMPR de Baumettes se celebran reuniones periódicas entre los diferentes equipos médicos. El equipo de psiquiatría se compone de psiquiatras, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales.
Otras instituciones garantizan una coordinación regular. Un ejemplo de ello es en el centro penitenciario de Condé-sur-Sarthe, en el que cada semana se celebra una reunión de servicio de este tipo, a la que asiste el psiquiatra y el médico general, así como el personal de enfermería general y de psiquiatría. El informe de la CGLPL señaló que “un software médico (Cora) asegura la gestión de las historias clínicas individuales, lo que permite al psiquiatra conocer las prescripciones y observaciones del médico general y viceversa”. Sin embargo, esta coordinación no es sistemática. La CGLPL lamentó por ejemplo, la falta de coordinación en la prisión la Santé de París.
Algunos SMPR no tienen suficiente personal, tal es el caso de Fleury-Mérogis. En 2015, la unidad de salud cambió de edificio y eliminó cuatro plazas de hospitalización de día. La CGLPL señaló que se subestiman los recursos y las condiciones de atención necesarios con respecto al tamaño del establecimiento. En 2018, la prisión contaba con cerca de 4000 reclusos. El informe destacó que hay pocos consultorios y que el sistema de permanencia es deficiente. La CGLPL señaló que ”la presencia de psiquiatras dentro de las unidades de atención (…) es muy fluctuante, lo cual se corrobora con los datos de consulta (…) No existe un sistema de guardias nocturnas, fines de semana y festivos.“
Secreto médico¶
La solicitud de consulta médica se realiza por escrito, en buzones especiales, o de forma oral con un guardia o con el personal de salud. Por lo general, las enfermeras se encargan de dispensar los medicamentos. La CGLPL informó que, en algunos casos, ciertos guardias o reclusos empleados en el servicio general aseguran esta distribución. Si bien se debe respetar la confidencialidad de las consultas médicas, en la práctica, estas suelen llevarse a cabo en presencia de los guardias. Del mismo modo, la configuración de los locales no siempre permite garantizar el respeto del secreto médico.
Medidas de emergencia¶
Las personas privadas de libertad en estado de crisis psicótica generalmente se trasladan primero a una celda de aislamiento disciplinario o de protección de emergencia (Cellule de protection d’urgence, CproU). Las CproU se reservan, por lo general, para las personas que presentan un riesgo de suicidio. La duración del internamiento en estas celdas no puede exceder las 24 horas. Sin embargo, en la práctica, un recluso que llega el viernes por la noche pasa allí el fin de semana.
Los reclusos en estado de crisis mental pueden trasladarse a un hospital psiquiátrico general cuando no es posible brindarle atención dentro del centro penitenciario (debido a la ausencia de un SMPR en la prisión o cerca de ella). Además, la mayoría de los SMPR no brindan atención nocturna o durante los fines de semana, lo que suele provocar la saturación de los servicios de urgencias de los hospitales generales. La CGLPL señaló que se realizan varios ingresos en el centro hospitalario de Cochin, por las noches y en las vísperas de los fines de semana, y precisó que: “el servicio de urgencias denuncia estas prácticas, pues considera que los pacientes podrían orientarse hacia otros servicios o incluso que el SMPR podría anticipar el manejo de determinadas situaciones clínicas de descompensación psiquiátrica.“
El tratamiento sin consentimiento en prisión solo se autoriza si la persona representa un peligro grave para sí misma o para los demás. La CGLPL informó que en la prisión de Château-Thierry se administran tratamientos involuntarios con frecuencia y se aplican inyecciones forzadas a los pacientes recalcitrantes.
Formación del personal¶
Los guardias penitenciarios no reciben una formación específica obligatoria para tratar a las personas que padecen trastornos mentales. Sin embargo, la Escuela Nacional de la Administración Penitenciaria (ENAP) ofrece algunas capacitaciones facultativas sobre el tema. Del mismo modo, la Unafam ofrece formaciones de primeros auxilios en salud mental y cursos de sensibilización sobre los trastornos mentales.
Las consecuencias de la falta de formación de los guardias, aunado a la ausencia de las oportunidades de intercambio con el personal médico, se consideran perjudiciales para los reclusos enfermos. La CGLPL informó que en la cárcel de Fleury-Mérgois, “la ausencia de locales y horarios destinados al diálogo entre el personal penitenciario y el personal médico da la impresión, con razón o sin ella, de que no se da ninguna continuidad a la información que comunican [los guardias sobre las necesidades de atención médica].”
El centro penitenciario de Château-Thierry alberga a reclusos que padecen trastornos mentales graves. El personal penitenciario de este establecimiento recibe una formación “para acompañar a las personas difíciles”, dedicado principalmente a la atención de reclusos que padecen trastornos mentales. Esta se completa con un curso de observación en la unidad cerrada del establecimiento departamental de salud mental de Prémontré.
Continuidad del tratamiento¶
El Servicio Penitenciario de Reinserción y Libertad Condicional (Service pénitentaire d’insertion et de probation, SPIP) se encarga del seguimiento y la preparación de los reclusos para su liberación. El SPIP se pone en contacto con el personal médico de la prisión para garantizar la continuidad de la atención y puede también contactar a la familia para integrarla en el proceso. La salud de algunas personas se deteriora considerablemente en prisión. Sin embargo, la suspensión de la pena por razones médicas sigue siendo poco frecuente, y la ley solo lo permite cuando el estado de salud es incompatible con las condiciones de reclusión. La CGLPL ha señalado que: “la salida de prisión suele conllevar una interrupción de la atención social y médica, cuyos efectos favorecen la reaparición de los síntomas graves de las enfermedades mentales.”
Dos equipos móviles transicionales” (Équipes mobiles transitionnelles, EMOT) se encargan, en Lille y Toulouse de facilitar la continuidad de la atención durante el periodo de transición entre el encarcelamiento y la vida exterior. La reincorporación a la vida social se efectúa en conjunto con el establecimiento psiquiátrico.