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Sistema penitenciario

En Australia hay 111 prisiones en funcionamiento. El Gobierno es responsable de 85 de ellas y nueve son gestionadas por empresas privadas; hay 12 celdas vinculadas a tribunales, cuatro centros de tránsito (instalaciones donde están internadas las reclusas antes de su excarcelación) y un centro de detención temporal.

Normalmente, las prisiones están divididas según su nivel de seguridad. Los nuevos internos siguen un procedimiento de evaluación y admisión para identificar sus necesidades, riesgo de suicidio, enfermedades mentales y abstinencia de drogas o alcohol.

  • Las prisiones de máxima seguridad albergan a reclusos cuya fuga supone un peligro para la sociedad o el estado.

  • Las prisiones de seguridad media suelen estar rodeadas por muros o vallas de alta seguridad, pero permiten a los internos moverse más libremente dentro de sus instalaciones.

  • Las prisiones de mínima seguridad tienen menos barreras físicas y albergan a internos en los que se puede confiar en condiciones abiertas.

Actualmente se está construyendo una nueva prisión de seguridad media para hombres en Ravenhall, Melbourne, cuya finalización está prevista para 2017. Esta nueva prisión podrá albergar a 1000 reclusos, y su objetivo es reducir el riesgo de reincidencia.

Hay en promedio un guardia por cada 22 reclusos. Los guardias se encargan de vigilar el día a día, mantener el orden y la seguridad del establecimiento, realizar cacheos, escoltar a los reclusos, observar y evaluar su comportamiento, dar respuesta a situaciones de urgencia, operar los equipos de seguridad, redactar los expedientes, y preparar los informes. Además, se exige a los guardias que participen en la resocialización de los reclusos y que actúen como ejemplo para ellos.

Los servicios penitenciarios de cada estado son responsables de contratar a los asistentes sociales. Estos últimos se encargan de trabajar con los internos en situación de riesgo, reincidentes y menores, con el fin de ayudarles a rehabilitarse e integrarse en la comunidad.

El personal médico y sanitario presta servicios de salud física y mental, servicios psicológicos, consultas ambulatorias y programas de tratamiento para el alcoholismo y la drogadicción.

En todos los estados y territorios, la salud de los reclusos compete a los Ministerios de Salud correspondientes, excepto en Victoria y Australia Occidental, donde los responsables son el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Servicios Penitenciarios, respectivamente. La mayoría de las jurisdicciones utilizan una combinación de servicios directos, servicios de salud comunitarios y otros contratados.

Ratio número de vigilantes/número de reclusos

0,045

Ratio número de personal socio-educativo/reclusos

0,013